Los jóvenes mayores de 16 años ya pueden participar como voluntarios de Protección Civil del Ayuntamiento de Badajoz, aunque deberán contar con la autorización de sus tutores. Esta puerta la ha abierto el nuevo reglamento de la agrupación que acaba de entrar en vigor y es una de las novedades de esta normativa que sustituye al reglamento de 1984, una de las razones para actualizarlo. Hasta ahora no estaba regulada la posibilidad de que entrasen menores de edad y además no existían exigencias en cuanto a nivel académico para entrar en la agrupación. Con el nuevo reglamento se se ha introducido como requisito mínimo ser graduado en ESO o equivalente.

El jefe del servicio municipal de Bomberos, Basilio González, del que depende la agrupación de Protección Civil, explica que han decidido sacar adelante un texto nuevo porque el anterior era muy "genérico" y se ha intentado definir más al detalle para adecuarlo a la situación actual, pues hace 30 años la agrupación estaba fuera del servicio de Bomberos y dependía de su propia concejalía. Con anterioridad, había un coordinador de Protección Civil que directamente organizaba y aunque esta figura se mantiene, depende de la jefatura del servicio de Bomberos para poder coordinar toda la actuación de los voluntarios dentro de un nuevo marco operativo que también regula el reglamento. En definitiva, se integra en el servicio y se refuerza la vinculación.

El reglamento define la clasificación formal de los voluntarios. Existe el equipo, integrado por un mínimo de cuatro voluntarios, uno de los cuales es el jefe de equipo, y el grupo, formado por al menos dos equipos y a cargo de un jefe de grupo. Se establecen dos tipos de voluntarios: en prácticas y el operativo. Asimismo, se introduce una nueva figura, la del voluntario colaborador, que es aquel profesional que pone a disposición de la agrupación sus conocimientos técnicos, experiencia o capacidades y desarrolla labores formativas o de asesoramiento. No está dentro del régimen de obligaciones de los voluntarios operativos y no solo pueden serlo profesionales, sino también empresas como parte de su labor social.

Cuando alguien se ofrece para ser voluntario de la agrupación, no pasa directamente a realizar servicios operativos, sino que tiene que superar un periodo de formación y en este proceso es un voluntario en prácticas, durante un mínimo de dos meses y máximo de 6. Cuando supera esta etapa, es voluntario operativo, nombrado por el alcalde o por el concejal de Bomberos. A partir de ese momento ejercerá el derecho a colaborar de manera regular en las tareas de Protección Civil desde la agrupación. Aquellos que tengan entre 16 y 18 años tienen la misma condición que los mayores de edad, pero sólo pueden participar en actos preventivos, contando con la supervisión de otro voluntario mayor de edad.

Los voluntarios tienen la obligación de prestar un mínimo de 100 horas anuales, repartidas con porcentajes en distintos servicios (el 50% en actividades de máxima afluencia, el 10% en acciones preventivas de índole forestal, otro 10% vinculadas con la emergencia y el 30% restante para otras acciones en las que la agrupación sea requerida). Esta concreción no figuraba en el reglamento anterior. Pero no todos son deberes. Los voluntarios tienen derecho a recibir una formación, a estar cubiertos por una póliza de seguros y a contar con uniforme.

Otra novedad que introduce son las acreditaciones como voluntarios, que aunque no perciben remuneración alguna por los servicios que prestan, sí puede servirles en su desarrollo profesional a la hora, por ejemplo, de presentar un curriculum. También recibirán un carnet de identificación del que hasta ahora no disponían.

Basilio González reconoce que se han introducido bastantes cambios porque han pasado muchos años "y la agrupación ha ido evolucionando" y con ella los servicios que presta. De hecho, hace 30 años no había tantas actividades donde se solicitaba su presencia para colaborar con la organización. El objetivo de la agrupación es contar con 50 voluntarios y en estos momentos hay 45.

González cree que la ciudadanía no valora todo el trabajo que realizan estos voluntarios "que echan muchísimas horas de su tiempo libre y no están suficientemente reconocidos". Uno de los objetivos de este reglamento es "precisamente" reconocerlo, por eso incluye un capítulo muy detallado de distinciones para intentar fomentar y destacar la labor de estas personas.