En casa de Antonio José Carmona, el joven que perdió la vida con dos amigos el pasado 9 de mayo al caer su coche desde el puente Nuevo, su recuerdo es imborrable. "A mi hijo no le gustaba que pusiera fotos suyas, y ahora las tengo por todas partes", dice su madre, Clara Vigario, con los ojos humedecidos. Hasta su hermano Víctor se ha grabado la imagen de Toni --así lo llaman-- en una medalla de oro que lleva al cuello. Hace poco más de tres meses que falleció, su ausencia les duele y quieren seguir teniéndolo presente, en casa y también en el lugar donde se le fue la vida, por eso no entienden que les pongan trabas a mantener unas flores en la barandilla del puente Nuevo.

Clara cuenta que no es un empeño de ella, sino de su marido. "Para mí --dice la madre-- es muy doloroso, porque yo no quiero pasar ni por el puente; pero su padre quiere ir donde su hijo perdió la vida, porque dice que la vida no la dejó en el cementerio, sino ahí, donde va a verlo y hablarle cuando le apetece".

Todos los días 9 de cada mes van al puente a poner flores. María, la novia de Toni, que ahora vive con su familia política, aclara que cuando pasan varios días y están estropeadas las retiran. Pero la última vez se las quitaron esa misma noche y fue cuando Clara decidió poner más flores y una pancarta de protesta, que ha hecho reaccionar al ayuntamiento. El alcalde en funciones, José Antonio Monago, habló con estos padres y de momento, las flores seguirán puestas, aunque la orden al servicio de Limpieza ha sido retirar todas las que hay por la ciudad, por un motivo de ornato. Víctor, el hermano, no comparte esta decisión, cuando hay tantos rincones sucios en la ciudad. Precisamente, debajo del puente todavía quedan restos del accidente, que nadie ha limpiado. "Y las flores no son basura", añade María.

Algún paseante anónimo que apoya la decisión municipal, ha retirado las últimas flores por su cuenta, aunque de nuevo han sido repuestas. Lo que quiere la familia es colocar una cruz abajo, en la orilla, y entonces dejarán de poner flores en el puente. Necesitan la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadiana "y si no me la conceden, seguiré poniendo flores, iré todos los días, porque yo no hago daño a nadie", advierte Clara. Además, esta madre piensa que sirven de advertencia para los conductores que pasan por este lugar para que tomen precauciones. Por otro lado, afirma que hay mucha gente que conocía a los fallecidos y al pasar por el puente los recuerdan.

Toni trabajaba en una empresa llevando un camión. La familia se vino de Madrid hace 4 años, siguiendo al hijo mayor, que se había echado novia en Badajoz. Su madre no entiende qué pasó la noche del accidente. Reniega de quienes apuntan al alcohol y las drogas, porque la autopsia reveló que su hijo no había tomado nada. Vinieron a buscarlo los amigos a las doce de la noche. Clara siempre lo esperaba despierta, pero esa vez se durmió y las cinco sonó el teléfono. "Qué verdad es que el infierno es esto y el cielo está arriba", se lamenta y llora.