Miles de personas hicieron ayer cola en el paseo de San Francisco pacientemente para poder tomar un trozo de roscón de Reyes y un vaso de chocolate. Las 5.000 raciones que tenía previstas el ayuntamiento se quedaron finalmente cortas e incluso se empezaron a servir antes de la hora prevista, hacia las 10.40 de la mañana, a la vista de la gente que estaba ya esperando en el céntrico paseo.

Según los que pudieron probar el típico dulce, la espera no duraba más de 15 o 20 minutos y al final merecían la pena, porque tanto el roscón como el chocolate estaban para relamerse.

A media mañana había dos largas colas que daban la vuelta por la parte exterior del paseo, y una tercera de padres con niños que pedían uno de los globos que también se estaban regalando. En total se repartieron 500 premios que iban escondidos en los pedazos de roscón, entre ellos una bicicleta.

El alcalde Miguel Celdrán, que acudió al mediodía a la chocolatada acompañado por parte del equipo de gobierno, dijo que le hubiera gustado complacer a todos los que habían acudido y lamentó que fuesen insuficientes las raciones previstas.