Hemos venido a pasar el día en Badajoz, a comprar, a comer y a pasear; nos encanta la ciudad". Así se manifestaban ayer Carlos Pinto y su esposa Elena cuando paseaban por una de las calles comerciales del centro. Ellos son un ejemplo significativo de los muchos portugueses que ayer visitaron la ciudad y que, manifestaron, se sienten "bien tratados".

Portugal celebró la fiesta del 25 de Abril, que conmemora la Revolución de los Claveles del 1973, y muchos portugueses decidieron pasar el día en Badajoz. Aunque la policía local no tiene una cifra, ni una estimación del número de vehículos que entraron, se sabe que son miles porque desde las diez de la mañana estaban completos los principales aparcamientos y había grandes colas y atascos de tráfico en el centro y zonas comerciales.

El párking de Menacho estaba lleno antes de las diez de la mañana mientras que en la calle la cola doblaba por la avenida de Colón. Igual ocurrió en el de San Atón, donde Gonzalo Rodríguez explicó que "conocemos las costumbres de la gente y estamos preparados para recibir a los portugueses. Hoy vienen desde Lisboa hasta de los pueblos más cercanos a la frontera".

COLAS A las once de la mañana ya había colas para entrar en San Atón, como en el de Prim, aunque éste "está completo con la gente que trabaja por aquí, de todos modos", según un empleado. En otros centros comerciales la situación era similar, con una ocupación del 100% y un 70% de vehículos portugueses.

El presidente de los comerciantes del centro, Emilio Doncel, explicó que "ya estamos preparados, después de años de ver como cada vez vienen más portugueses en sus días festivos, para atenderles como se merecen". De hecho, las ventas aumentan hasta un 30%, y "compran de todo, porque el IVA es más bajo aquí, les sale más barato y se llevan vestido, calzado y alimentos". En los grandes almacenes, en cambio, las compras son más selectivas, sobre todo perfumes y prendas de boutique.

Otro sector que intenta adaptarse a los gustos del cliente portugués es el de la hostelería, que también incrementa su volumen de negocio en los días festivos del país vecino, especialmente bares y restaurantes de las zonas comerciales, aunque en este aspecto parece, según contaba Gonzalo Rodríguez, que "se reparten por la ciudad; depende del poder adquisitivo, no es lo mismo el de Lisboa que el de los pueblos cercanos a la frontera".

HOSTELERIA Un ejemplo de la presencia portuguesa en la hostelería es que las cafeterías y restaurantes de los grandes almacenes estaban "colapsados". Y un restaurante de la calle Meléndez Valdés, Patalana y Ambigú, ofrecía ayer un menú en portugués, en su puerta y en carteles colocados en la calle Mayor: "25 de abril. Revoluçao do cravos. Ementa só 4,12 euros ", rezaba. Y la oferta de platos era tanto de cocina local --cocido extremeño, tortilla de patatas--, como portuguesa --camaroes a ajillo, garbamzos bacallao e acelgas, salada do pimientos, tamboril, salmao assado o espatada de sepia --.

Carlos y Elena Pinto son de los que "aprovechamos el festivo para visitar a mi hija y venir a Badajoz, porque me gusta; antes vivíamos en Alandroal y veníamos cada 15 días", contó Carlos, empleado de banca en su ciudad. Su esposa Elena añadió que "ahora vivimos en Figueira da Foz y venimos porque nos gusta mucho lo español". Patricia vive en Elvas y "vengo todas las semanas a comprar al supermercado", asegura, pero también a divertirse con sus amigos.

Elena manifestó que "nosotros venimos a Badajoz desde que nuestra hija era pequeña y hemos visto como ha cambiado en estos más de 20 años".