El general Rafael Menacho, que perdió la vida por la metralla que impactó en su cuerpo el 4 de marzo de 1811, cuando defendía la plaza de Badajoz del asedio francés, fue recordado ayer por militares y civiles en el mismo lugar donde encontró la muerte y donde está la brecha del asalto definitivo a la ciudad.

El acto, que comenzó puntualmente a las siete y finalizó media hora más tarde, congregó a una nutrida representación de autoridades, encabezadas por el alcalde, Miguel Celdrán, la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, y el coronel jefe accidental de la Brigada Extremadura XI, Santiago Cubas (que sustituye al general Casimiro Sanjuán, que está en el Líbano). En torno al monumento se desplegaron los banderines y la escuadra de gastadores del Regimiento Castilla XVI, la banda de cornetas y tambores de la brigada y la sección de honores. Santiago Cubas destacó en su intervención que el general, que se guió como sus soldados por "el amor a España", es un referente de los héroes de la Guerra de la Independencia.

El alcalde, por su parte, relató los episodios más gloriosos que han demostrado la importancia geoestratégica de Badajoz a lo largo de la historia de la península, entre ellos la Guerra de la Independencia y subrayó que si "Badajoz hoy sigue existiendo y perteneciendo a España es porque en muchas ocasiones los soldados lo mantuvieron frente a toda clase de enemigos a costa de su sacrificio". Celdrán y Pereira colocaron una corona de flores con los colores de la bandera en el monumento y una salva de honores cerró el acto, al que acudieron numerosos pacenses.