Alrededor de mil vecinos se manifestaron ayer por las calles de Ciudad Jardín, desde el Materno Infantil hasta la rotonda de Carrefour, para protestar contra el mal olor que desprende el cebadero de cerdos existente en las inmediaciones. Muchos de ellos acudieron con mascarillas y casi todos con pancartas de ´¡Ya está bien!´. A la convocatoria de la asociación de vecinos de Ciudad Jardín, se sumaron directivas de La Banasta, Antonio Domínguez y Cerro de Reyes, también afectadas.

Previamente, ayer por la mañana, tuvo lugar en el ayuntamiento una reunión entre los vecinos, los propietarios del cebadero y el primer teniente de alcalde, Alejandro Ramírez del Molino. El resultado fue nulo.

Uno de los propietarios de la explotación, Eugenio González, declaró a EL PERIODICO que ellos están dispuestos a trasladar los cerdos, en cumplimiento de la sentencia judicial, siempre que encuentren un lugar donde reubicarlos. Eugenio González, de Eurojamón, explicó que tienen 350 hectáreas en el kilómetro 7 de la carretera de Valverde, donde podían llevarse estos cerdos, pero aquella explotación también carece de licencia de apertura porque, según asegura, el ayuntamiento no les facilita documentación. González comentó que según la propia información del consistorio, en Badajoz funcionan más de 600 explotaciones porcinas y tan sólo dos cuentan con licencia de apertura. Este empresario se preguntó "porqué esa persecución contra nosotros, cuando lo único que hemos hecho ha sido crear empleo".

El presidente de la asociación de vecinos, Francisco Durán, entendió que las pretensiones de los dueños pueden tomarse como un "chantaje" al ayuntamiento. Los vecinos fueron a la reunión con el objetivo de obtener el compromiso de los dueños de retirar el ganado y exigieron al ayuntamiento la máxima celeridad para que se haga efectivo el cierre.

Por su parte, Ramírez del Molino, señaló que la entrevista partió de la asociación de vecinos con los propietarios, "pero con el ayuntamiento no hay nada que negociar, porque tenemos una sentencia según la cual la actividad debe cerrar". El ayuntamiento pretendía de los empresarios "un gesto de buena voluntad" antes de tener que dar pasos, como dirigirse a los veterinarios de la Junta de Extremadura, para que vayan a las instalaciones y vean las cabezas de ganado y al mismo tiempo, el consistorio se dirigirá al juez para ver cómo se puede ejecutar la sentencia. El concejal comentó que no se puede precintar la actividad directamente, porque hay animales vivos dentro, por eso pedirán al juzgado autorización para entrar y llevarlos a un matadero o buscar otra fórmula.