Periodista

Mal rollo es editar un libro como ´Todas putas´ durante unas elecciones, si eres mujer, editora y cargo público. Y peor es aún si publicas ´Fuegos´ y cae en manos de un aspirante a preboste, del mismo partido que la casi linchada editora con la intención de responder al vendaval del primero --no por un afán de defenderla, sino por conseguir más votos--.

Miriam Tey, directora general del Instituto de la Mujer, se ha convertido en el blanco electoral de organismos --¿orgasmonanismo?-- y patrullas de lo políticamente correcto y asexuado porque el citado libro que ella publicó en su etapa de editora da voz a un violador --¿por qué relacionarán sexo y violación?--.

Las peticiones de ceses han volado cual bragas al viento aireando la miseria humana, del sexo o género que sea.

Pero ante el escándalo del Partido Popular extremeño por tanta petición de cese --como si les hubieran pillado a ellos--, ha mandado a algún lector de oficio a rebuscar en la Editora Regional de Extremadura para encontrar con qué responder, y hete ahí que dan con ´Fuegos´, de Liborio Barrera --compañero, sí; pero aunque fuera enemigo; y a Tey no tengo el gusto de conocerla--, una de las personas más amables, sensibles y abiertas que conozco, que narra el asesinato de una mujer, lo que ha servido a los energúmenos de turno para responder "a los socialistas" con otra petición de dimisión.

Y ese es el juego, un ondear de bragas y calzones con los palominos del alma al aire, un ladrar de censores --qué vocación--, apologistas ellos de lo verdaderamente sucio.