Desde la Diócesis de Mérida-Badajoz llega más de medio millón de euros cada año a las misiones en el Tercer Mundo. La mayor parte de este dinero procede de las campañas específicas para la recaudación de fondos como el Domund o la Infancia Misionera --que son las principales-- y de otras menores, como la Epifanía o la dedicada a Hispanoamérica. Pero también proceden del Fondo Diocesano de Solidaridad (el 1% del presupuesto de las parroquias se destina a proyectos sociales), de colectas en parroquias, colegios y de iniciativas benéficas que se organizan para recabar dinero para proyectos concretos.

Estos últimos fondos llegan directamente a los lugares donde trabajan misioneros pacenses, mientras que los que se recaudan en las principales campañas se envían de todas las diócesis a las Obras Misionales Pontificias, desde donde, en función de las prioridades y necesidades de cada misión, se reparte el dinero independientemente de su procedencia.

El delegado episcopal para la Cooperación Misionera, Juan Andrés Calderón, destaca que a pesar de que la crisis económica está afectando a todos los ámbitos de la sociedad, las aportaciones solidarias, sobre todo aquellas que son "tradicionales e inspiran confianza" entre los ciudadanos, se están manteniendo.

Cita como ejemplo la campaña del Domund, que en el 2008-2009 recabó 249.300 euros y en el 2009-2010, entorno a 240.200 euros. "Ha bajado un poquito, pero no es un batacazo que deja los fondos a la mitad", apunta. En la campaña de este año, aún abierta, se prevé que la cifra sea similar al año pasado.

En estos momentos, hay unos 150 repartidos por los cinco continentes, entre sacerdotes, religiosos y laicos. 15 son sacerdotes, de los que siete están en Perú, uno en Argentina, tres en Costa Rica, dos en Puerto Rico y otros dos en Zimbawe. Con ellos y con las religiosas de la congregación diocesana de Formacionistas es con quienes mayor contacto se mantiene desde la delegación de Misiones, porque los religiosos misioneros dependen de sus órdenes.

CADA VEZ MAS LAICOS También hay un grupo de formación de animadores misioneros en la diócesis, que trabaja con laicos que en muchos casos dedican sus vacaciones de verano a trabajar en las misiones en las que están los sacerdotes pacenses. Además, hay otros laicos --incluso familias enteras-- que se preparan para permanecer en las misiones durante varios años. "Cada vez son más", se congratula Calderón.