Dicen en el grupo municipal socialista que la comparecencia del alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, del pasado miércoles en la que arremetió contra el portavoz del PSOE, Ricardo Cabezas, dedicándole descalificativos como «sinvergüenza», «indigno» o «descerebrado», va a suponer un antes y un después en las relaciones entre ambos grupos, de por si ya deterioradas, por no decir prácticamente inexistentes, salvo los mutuos reproches que se dirigen en los plenos.

Lo que realmente va a marcar un antes y un después en la vida municipal en esta legislatura es el anuncio por parte del PSOE de que impulsará una moción de censura para desbancar a Fragoso y sobre todo al PP, que lleva 22 años en la alcaldía. Mañana se cumple un mes desde que Cabezas realizó el anuncio en declaraciones a este diario y aunque algunos pudieran creer que en las últimas semanas se había desinflado el interés, por parte de Cabezas ni del PSOE se había dado ningún paso atrás. Tampoco hacia adelante, pero nada se había frenado y mucho menos descartado.

Hasta esta semana no se ha pronunciado sobre la situación del ayuntamiento pacense el presidente de la Junta de Extremadura y secretario regional del partido, Guillermo Fernández Vara. Todos esperaban que se posicionase, como si alguien pudiese llegar a creer que su postura sería distinta a la ya expresada por la ejecutiva regional al propio Cabezas en la reunión que mantuvieron en Mérida a los pocos días de anunciar la moción. Vara no había hablado ante los medios de comunicación pero él presidió aquella reunión y Cabezas tenía claro su respaldo.

Sobre todo tras las contundentes declaraciones del secretario provincial socialista, Rafael Lemus, expresando el apoyo del partido a la decisión del grupo municipal socialista tras anunciarse la posibilidad de presentar una moción. Pero Vara es el presidente de la Junta y el secretario regional y sus palabras se han tomado como un espaldarazo contundente y definitivo a Cabezas, tanto que el PP regional y el alcalde no han dudado en contestarle con todos los argumentos en su mano -que los hay y muchos- para recriminar a Vara que lo que le vale en la Asamblea de Extremadura no le sirve en el Ayuntamiento de Badajoz.

El anuncio de la moción de censura significará un antes y un después tanto si sale adelante como si no y Cabezas no va a dejar de intentarlo, por mucho que lo insulten, aunque ha tenido que reconocer que quizá se precipitó cuando anunció que acudiría a la Fiscalía para así dar argumentos a Ciudadanos, que pone como requisito para cambiar de alcalde que se demuestren casos de corrupción, como ha ocurrido en Granada y más recientemente, en Murcia.

Cabezas no ha estado parado desde que anunció la decisión de su grupo municipal. Ha seguido negociando el proyecto de gobierno con Podemos, que le presentó al día siguiente de que su ejecutiva regional lo autorizase a seguir adelante. Tampoco se ha decepcionado con la contundencia de Ciudadanos regional en contra de apoyar la moción, porque el portavoz municipal de la formación naranja, Luis García-Borruel, sigue insistiendo en que podrá contar con sus votos si se demuestra que ha habido corrupción. El grupo municipal socialista ha estado trabajando con varios abogados para llevar a la fiscalía todas las pruebas posibles sobre presuntos cobros irregulares en los poblados y el mercado de Al-Mossassa. Al anuncio de la moción de censura le queda aún un largo recorrido y consecuencias desbocadas. Se verá si está fuera de control.