Cuando llegaron los bomberos municipales al convento de Las Adoratrices, en la plaza de San José, el peligro ya se había extinguido, gracias a la rápida intervención de la monja encargada de la cocina. Fue esta mujer mayor la que se percató del fuego que se había producido a causa de un escape de gas en una de las bombonas ubicadas en el patio y rápidamente lo sofocó, sin que se produjera ningún daño.

El conato de incendio tuvo lugar sobre las 10.30 de la mañana de ayer domingo en la cocina del convento cuando el escape de gas por un latiguillo suelto provocó una autodeflagración, pero una de las hermanas cerró rápidamente la llave de paso y acabó con la alarma, aunque ya se habían encargado de avisar a los bomberos, cuya actuación no fue necesaria pero sí advirtieron a la congregación de que no se podía hacer uso de la instalación hasta que hoy lunes sea revisada.

Horas antes, la noche del sábado, hacia las 23.15 horas, recibieron otro aviso por un incendio en una cocina de un piso de Juan Simeón Vidarte, donde un incendio afectó a la campana y el mobiliario. Los bomberos tuvieron que ventilar la vivienda.