El grupo municipal popular que ha gobernado la ciudad con mayoría absoluta durante los últimos 12 años se rompe: el concejal de Hacienda y Patrimonio, Nicasio Monterde, tiene tomada la decisión de dimitir y lo hará en los próximos días. El concejal negó ayer que ya haya tomado una decisión y se limitó a señalar que "yo me debo todavía a mi equipo de gobierno". Lo que en los últimos días ha sido un insistente rumor, que el interesado atajó en las páginas de este diario negándolo con rotundidad, se confirmó en la mañana de ayer.

Según informaciones recogidas en varias fuentes cercanas al concejal, la voluntad firme de Monterde es abandonar el grupo municipal y después la disciplina del PP, porque su intención es continuar en política presentándose a las elecciones encabezando la lista de un nuevo partido. Esta formación trataría de competir en el mismo espacio ideológico que el PP. "Algo así como lo ocurrido con Felipe Vela en Cáceres, si bien Monterde no será un tránsfuga: abandonará la disciplina del grupo y el ayuntamiento", señalan las mismas fuentes consultadas.

Si esos planes se cumplen, la decisión del responsable durante los últimos 12 años del decisivo departamento de Hacienda y Patrimonio, se convertiría en la más importante fractura del grupo de ediles del PP desde que accedieron al gobierno local en 1995. El PP mantendrá su mayoría absoluta, porque a pesar de los temores de muchos, el compañero de andanzas de Monterde, Inocente Mayoral, seguirá en el ayuntamiento.

Independientemente de que decida dejar su acta de concejal, la ruptura del equipo de gobierno se ha materializado hace semanas, desde que el concejal de Hacienda ha dejado de asistir a las reuniones de la Junta de Gobierno Local por la tensión existente. El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, ya conoce su decisión, a quien se la ha trasladado personalmente.

Las razones de la marcha ¿Por qué se va Monterde? Una de las claves es la operación urbanística que negocia el ayuntamiento con la Caja de Ahorros de Badajoz sobre los terrenos municipales, situados junto al Puente Real, donde la entidad de ahorros pretende construir un gran edificio emblemático. La operación consiste en una permuta de terrenos, de manera que el municipio obtendría suelo en otra zona de la ciudad a cambio de ceder los que dispone el consistorio en Valdepasillas. Estas negociaciones, desde su inicio, las ha llevado la concejal de Urbanismo, Cristina Herrera, "a pesar de ser un asunto de Patrimonio, puesto que se trata de terrenos municipales, y que tendría que haber llevado Monterde", han señalado las mismas fuentes que, además, han insistido en que, con este asunto, el alcalde y los concejales ´fuertes´ --léase Cristina Herrera y Alejandro Ramírez del Molino-- "están tratando a Monterde poco menos que como si fuera un administrativo del Ayuntamiento, lo cual no va a consentir".

Más discrepancias Este asunto ha podido ser "la gota que ha colmado el vaso" según sus allegados. Pero ha habido más motivos de discrepancias. Monterde no está de acuerdo con el incremento de un 35% en el presupuesto del Carnaval porque da pie a que por ser éste un año electoral suban todas las partidas y el presupuesto se consuma de forma irresponsable.

También le molestó el retraso en la aprobación de los presupuestos municipales, que él tenía preparados puntualmente, así como que se haya incluido la solicitud de un préstamo cuando todavía hay un préstamo anterior sin gastar. Un enfrentamiento que se dejó traslucir fue el de la aprobación del Plan Director de Saneamiento, cuya urgencia defendió Monterde y el alcalde desautorizó, así como los comentarios sobre los puentes o la situación del Servicio de Limpieza. El concejal se ha mostrado siempre más partidario de una política de contención en el gasto que de incrementar la presión fiscal, pero tuvo que acatar una subida generalizada de los impuestos hace dos años.

Sus desavenencias con el núcleo del poder en el consistorio no se circunscriben solo a cuestiones de gestión diaria; también en el terreno político, puesto que el concejal se alineó con los críticos (los hermanos Fernando y Oscar Baselga, con el alcalde de Mérida, Pedro Acedo...) que le disputaron el poder orgánico a Carlos Floriano en Extremadura y a José Antonio Monago en la provincia de Badajoz.

Por estas razones, las fuentes consultadas aventuraban ayer la posibilidad de que la salida de Monterde del ayuntamiento y del PP pudiera arrastrar a otros militantes descontentos y constituir el partido del que hablan y que será a través del cual el concejal se presente a las municipales de mayo.

El PP ha intentado frenar lo que se avecinaba. El alcalde ha ofrecido a Monterde un escaño en la Asamblea de Extremadura, pero el todavía concejal de Hacienda lo ha rechazado porque él quiere seguir en política municipal, para la que se ha preparado durante los 16 años, 4 de ellos en la oposición.

Cuando Monterde deje su acta de concejal, su hueco lo debería ocuparía la siguiente en la lista, Pilar Cerezo, profesora del Conservatorio, si hay tiempo suficiente antes de las elecciones.