La diseñadora pacense María Engo tiene nombre propio en la Feria de la Belleza, Moda y Cosmética, donde expone sus creaciones por cuarta vez. Además, esta joven artista ganó en la edición del año pasado el certamen regional de los Premios Nacionales a la Moda para Jóvenes Diseñadores, que se celebró por primera vez en Ifeba. Por este motivo, ayer protagonizó un desfile como ganadora de la edición anterior.

María Engo suele presentar en los desfiles de esta feria su colección de primavera/verano. La que ofreció ayer es «muy especial», según la define ella misma, porque ha resultado de la colaboración con otra joven, Carmen Fabrics, que se dedica a teñir tejidos de forma natural, empleando la técnica ecoprint. Carmen se puso en contacto con María para que diese forma a sus telas y de la creatividad de ambas ha resultado Rústica. Los estampados son extraordinarios. Las telas originalmente eran blancas, pero a base de tintes, mordientes y elementos que Carmen recoge directamente del campo resultan preciosos dibujos que representan la naturaleza. A partir de estas telas, María Engo realiza los diseños y el patronaje. Esta colección no tiene nada que ver con la que presentó el año pasado, con la que ganó el certamen. «Yo es que soy totalmente ecléctica, me llamaron mucho la atención los estampados y quise hacerla». Así de claro lo tiene.

En el estand que ocupa en Ifeba muestra en uno de los percheros piezas de la colección de la pasada edición, como exposición, porque María confecciona a medida.Ha pasado un año desde que ganó el merecido premio y asegura convencida que le ha valido de mucho. «A mucha gente que viene a la tienda le suena mi nombre porque yo fui la que ganó y eso le da más confianza». Poco a poco está demostrando lo que es capaz de hacer esta artesana de la moda. María Engo lamenta que muchos clientes prefieran probarse la ropa ya confeccionada en tiendas. «Todavía hay personas reacias a hacerse un traje sin saber cómo te va a quedar, no saben que es mejor, pues yo se los voy a dejar como un guante». Se reafirma al señalar que «hay mucha gente que ha confiado en mí y se ha ido supercontenta, porque lo primero que hago es un proceso de diseño, enseño varias propuestas, eligen y a partir de ahí veo las telas, tomo las medidas y queda perfecto».

Profesionalmente le va muy bien, reconoce, y no para de trabajar. Compagina el diseño con las clases de patronaje en la tienda, en la calle Virgen de la Soledad. «A mí me gusta que la gente vea desde fuera, por el escaparate, que yo estoy trabando dentro realmente, que lo hago de forma artesanal, y eso llama mucho la atención, es un reclamo». Muchos entran para ver qué está haciendo. Algunos se equivocan porque creen que se dedica a realizar arreglos. «Pero yo soy creativa», aclara. Reconoce que mantenerse no es fácil, sobre todo por la condición de autónomo. Respecto a la competencia, sabe que en Badajoz no hay mucho mercado, «pero yo siempre he dicho que quiero ser profeta en mi tierra y quienes me conocen y quieren algo especial, vendrán a mí». Este año se ha marcado un reto: las redes sociales, que todavía no domina. Lo hará.