Una abundante filtración de agua parece que fue la causa del derrumbe, ayer, de unos 40 metros de muro de medio metro de espesor, dos de altura y 1,5 más de valla metálica encima, sobre el acerado y los coches estacionados en las traseras del colegio Salesianos, en la avenida Godofredo Ortega y Muñoz, sin que se produjeran víctimas; sólo daños materiales en nueve turismos que estaban aparcados en la zona.

El hecho ocurrió hacia las 11.30 de la mañana, cuando desde el interior del Club Don Bosco, una instalación de dicho colegio, se avisó a la Policía Local del desmoronamiento de la tapia trasera, en la zona de la piscina, que un trabajador preparaba en esos momentos, según confirmaron la policía y el propio operario. Este contó que oyó el estruendo y una mujer que en ese momento caminaba por la acera, escuchó y vio que el muro se resquebrajaba. Ambos salieron ilesos, pues el hombre se hallaba más al interior y a la mujer le dio tiempo a correr después de dar un grito, según vio otro testigo enfrente.

La primera en acudir fue la Policía Local, que acordonó la zona y cortó el tráfico; avisó a los bomberos y a los técnicos de Aqualia, que acudieron de inmediato. El aviso ya se refirió a posibles filtraciones de agua.

RASTRO DE VICTIMAS

Mientras éstos cortaban la red general, los bomberos pidieron la presencia de Sos Extremadura para que sus perros rastrearan la posible presencia de personas bajo los escombros.

La labor de los animales se mantuvo al menos durante hora y media en sucesivas pasadas sobre los restos del muro de tierra y piedra y cuya parte inferior cayó sin desmoronarse, como sí ocurrió con la superior, lo que hizo temer a los bomberos que si hubiera alguien debajo, los perros no lo detectaran, por ello permanecieron en el lugar hasta tener la certeza de que no había nadie.

Una vez que los técnicos de Aqualia cortaron la red y el agua seguía fluyendo por una tubería, se comprobó que era del interior del Club Don Bosco, donde se procedía al vaciado de la piscina para limpiarla, como señalaron el propio empleado, el vicepresidente, Juan José Rodríguez, y el presidente, José Venegas. Este manifestó expresamente que la piscina se vaciaba por el desagüe.

Los nueve coches que resultaron daños fueron retirados de la zona por una grúa y la Policía Local avisó a todos los propietarios para hacer los atestados. Algunos resultaron prácticamente aplastados por enormes fragmentos y piedras del muro. El club, según dijo su presidente, correrá con los daños, pues tiene seguro de responsabilidad civil.

Varias personas afirmaron que antes de caerse el muro salía un chorro de agua del mismo, que permaneció saliendo después del derrumbe.