Ninguna barriada ni urbanización de la ciudad cuyos vertidos estén conectados a la red de saneamiento está costeando el mantenimiento de estas instalaciones, según fuentes consultadas por este diario; lo que entraría en contradicción con la pretensión del equipo de gobierno municipal de que las familias que se vayan a vivir al PIR (Proyecto de Interés Regional) de Cerro Gordo deberían correr con los gastos para mantener la red de vertidos de aguas residuales, como defendió esta semana la concejala de Urbanismo en funciones, Cristina Herrera. La Agencia de la Vivienda aclaró posteriormente que según la Ley de Suelo, el saneamiento es una obra de urbanización y el mantenimiento compete al ayuntamiento, una vez recepcionada. La concejala se negó ayer a seguir con esta polémica.

En una situación comparable a la de Cerro Gordo estaría el PIR de La Pilara, también ubicado en la carretera de Madrid, donde existe una junta de compensación con el polígono industrial Pealsa que está elaborando el proyecto de urbanización. Este proyecto contempla la red de saneamiento, que incluye una estación de bombeo para llegar al punto de vertido, como ocurriría en Cerro Gordo. En este caso, según la información de Arram Consultores, que está elaborando el proyecto, lo normal es que una vez que se entregue la obra y la recepcione el ayuntamiento, éste se haga cargo del mantenimiento, porque está en suelo urbano. Así tendría que ser salvo negociaciones contrarias.

Aunque ninguna zona de la ciudad paga más por la red de saneamiento, sí hay dos núcleos que abonan una tarifa superior por el abastecimiento de agua potable. Son, en concreto, Los Montitos y Las Vaguadas. Esta diferencia se debe a que los costes de llevar el agua hasta allí son superiores por el bombeo.

DEHESILLA Otro caso es el de la Dehesilla de Calamón, donde hay 609 familias que se han costeado la red de abastecimiento (no de saneamiento, pues siguen teniendo fosas sépticas) y han llegado a un acuerdo con Aqualia para hacerse cargo del mantenimiento.

Otro ejemplo está en las nuevas depuradoras construidas en Villafranco del Guadiana y Gévora, que se han puesto ahora en funcionamiento y su coste no lo van a pagar los vecinos de estas dos pedanías, sino todos los ciudadanos de Badajoz. Lo mismo sucede con las estaciones de bombeo que se han colocado en el Guadiana con la supresión del colector que pasaba por el puente de San Roque y que al quitarse había que pasar el agua residual a la otra orilla hasta la estación depuradora de Caya. Las nuevas depuradoras, que ha construido la Confederación Hidrográfica del Guadiana y que ha cedido al ayuntamiento, también deberán repercutir en la tarifa del agua que pagan los contribuyentes pacenses. Aqualia ya está manteniendo estas dos nuevas instalaciones y tendrá que introducir los costes en la subida de las tarifas que proponga para el próximo año.

El pago del agua no es una tasa, porque si así fuese el coste del servicio se podría repercutir entre los vecinos afectados.