Cuando llegaron los bomberos, el incendio ya estaba casi extinguido y los efectivos prácticamente solo tuvieron que ventilar la vivienda para extraer el humo. Lo que pudo ser un incidente de mayor gravedad, no fue a más gracias a la rápida intervención de un niño de unos 10 años, el primer testigo de lo sucedido, según informó ayer a este diario el jefe de guardia del servicio municipal de bomberos de Badajoz.

El incendio se produjo en torno a las 7.00 de la mañana en un piso de la avenida Padre Tacoronte. El pequeño se había levantado y encendió el brasero eléctrico para sentarse a ver la televisión en el salón de la vivienda. El brasero prendió la falda de la camilla, que salió ardiendo y afectó también a un sillón.

El pequeño reaccionó rápidamente procediendo a verter agua sobre las llamas, para intentar que no se propagasen. Según los bomberos, esta forma rápida de proceder evitó que los daños fuesen mayores. El salón fue la única estancia del piso que resultó afectada.

Al lugar del siniestro se acercaron la Policía Nacional y la local, así como se hizo necesaria la presencia de una ambulancia, para atender a la madre del niño, que sufrió una crisis de ansiedad, sin que hubiese que lamentar ningún daño personal, ni quemaduras ni intoxicación por humos. Según los bomberos, los daños en el salón del piso tampoco fueron cuantiosos.