La parroquia de María Auxiliadora se llenó ayer de personas que asistieron al funeral de Christian Seba Cabanillas, el niño de 4 años que murió repentinamente el jueves tras desvanecerse en el colegio marista Nuestra Señora del Carmen después de realizar una actividad extraescolar.

El niño acababa los ´juegos predeportivos´ y estaba a punto de salir, ya que eran las 17.40 horas, cuando cayó de rodillas desvanecido. El monitor lo cogió en brazos y lo llevó a un despacho, donde fue atendido. "Dos madres que son médicos y una ATS que en esos momentos habían venido a recoger a sus hijos le dieron masajes cardíacos para estabilizarlo, pero parecía en estado comatoso", según Benedicto Fernández, el director del colegio, quien reconoció que no se pudo hacer más por el pequeño, que murió una hora después en el hospital Materno Infantil.

En el colegio, alumnos y profesores rezaron por la mañana una oración en el patio. El funeral se celebró a las cuatro de la tarde, tras practicarle la autopsia. Un familiar explicó que ya había sufrido dos desmayos similares con anterioridad, por lo que le estaban haciendo pruebas.