Ella lo vivió en su casa y ha querido contar sus sentimientos arraigados, unidos a los de otras familias en las que uno de sus miembros tiene alguna discapacidad. Antonia Márquez Anguita, licenciada en Comunicación Audiovisual, diplomada en Estudios Avanzados de Comunicación y exconcejala socialista en el Ayuntamiento de Badajoz, presentó ayer en la diputación su primer libro, La vida misma. Aunque siempre le ha gustado escribir y lo seguirá haciendo, cree que nunca resultará un trabajo tan sentido como el que ahora ve la luz, publicado por el organismo provincial.

La vida misma está formado por una treintena de historias «que tienen en común un hijo o una hija con discapacidad». Son relatos reales de mujeres anónimas con nombres figurados. Muchos han resultado de entrevistas personales y otros son fruto de la reflexión de la autora. «Es un homenaje principalmente a mi madre, porque desde que tuvo a su hijo se volcó en él, al que se dedicaba las 24 horas del día». Antonia era la pequeña, «pero nunca me he sentido desatendida y cuando fui madre entendí mucho mejor la dedicación de la mía a ese hijo». Su hermano sufrió una lesión cerebral durante el parto. Falleció hace 14 años. Ahora tendría 63. «Vivió una época que no es la actual, por fortuna ahora la discriminación es menor, se intenta la integración según sus capacidades y antes incluso se les definía de forma despectiva». La autora recuerda una infancia feliz pues en su casa la discapacidad se tomaba «con filosofía y sentido del humor». El enfoque del libro es «desde el punto de vista de las madres», todas ellas entregadas a su cuidado en cuerpo y alma y «la conclusión a la que he llegado es que todas dicen que no hubieran concebido sus vidas sin ese hijo».