Música, pintura, danza, circo, fotografía, cine, literatura, visitas guiadas, moda, animación infantil... La Noche en Blanco volvió a transformar al Casco Antiguo de Badajoz en un gran escaparate cultural, en el que el público pudo disfrutar de casi 160 propuestas distintas en 70 escenarios diferentes hasta las tres de la madrugada.

La actividad, que organiza la Concejalía de Cultura, se abrió con un espectáculo de danza en altura que llenó de público la plaza de España. El alcalde, Francisco Javier Fragoso, recordó que Badajoz se sumó a esta iniciativa en el 2010, siendo la primera población de menor número de habitantes que se adhería a este movimiento nacido en Paris. Ocho ediciones después, según destacó, La Noche en Blanco es la «gran apuesta» para que la ciudad sea la capital cultural del suroeste ibérico.

Este año la cita llegaba con novedades. En la plaza Alta se llevó a cabo, por primera vez, un desfile de moda, mientras que a pocos metros, en la plaza de San José, la pintura fue la protagonista. Los Jardines de la Galera se reservaron para el cine clásico y la iglesia de Santa Catalina abrió sus puertas para que se pudieran contemplar desde el exterior las excavaciones arqueológicas.

En el claustro de San Agustín estaba previsto un espectáculo de acrodanza y conciertos de jazz; la plaza de Santa María fue escenario de un particular combate literario, mientras que en la calle Encarnación estaba prevista la confección de una pintura mural. La plaza de San Atón volvió albergar las actividades para los más pequeños, con talleres, actuaciones y magia, y en el paseo de San Francisco los espectadores pudieron disfrutar del circo. En la alcazaba se programaron conciertos para el público joven.

Abrieron sus puertas el edificio de La Giralda, donde se expuso el Giraldillo original, el Museo Luis de Morales, el Meiac, la Biblioteca de Santa Ana, la ermita de la Soledad y su museo, la Escuela de Artes y Oficios Adelardo Covarsí, puerta de Palmas, el Museo Arqueológico, la torre de Espantaperoos y el teatro López de Ayala, entre otros monumentos y espacios. En muchos de ellos, los miles de visitantes que se echaron a la calle anoche se acercaban armados de paciencia para esperar su turno en la cola.

También se pudo visitar la antigua Capitanía, el salón de plenos, el patio de columnas y la sala Vaquero Poblador de la Diputación; el Edificio Badajoz Siglo XXI y el Fuerte de San Cristóbal. Además, participaron numerosos establecimientos de hostelería, comercios y talleres de artistas

Al cierre de esta edición, miles de personas inundaban las calles y plazas del Casco Antiguo pacense dispuestas a trasnochar un año más.