Muchos edificios de la ciudad no se adaptan a la normativa contra incendios en vigor, sencillamente porque se construyeron antes de que se aprobase la última ordenación, cuya aplicación carece de carácter retroactivo. Tanto es así que, por citar un requisito, muchos inmuebles no tienen ni siquiera extintores, según comentaba ayer el jefe del servicio contra incendios, Fernando Bermejo. Si se construyesen hoy las exigencias de seguridad serían mucho mayores.

En este sentido, Bermejo defiende la retroactividad de algunos aspectos de la normativa y no sólo en los edificios de viviendas, que son los de menor riesgo, aunque son los inmuebles donde más incendios se producen y donde hay más víctimas.

El jefe del servicio apunta siempre que ocurre alguna gran desgracia, como el incendio del Windsor o el hotel de París, se reinicia el debate sobre las medidas de seguridad.

Respecto al Windsor, Bermejo sigue pensando que la propagación del fuego, de arriba a abajo, fue muy "rara", por lo que todavía está esperando que alguien explique algún día qué es lo que ha pasado. Aunque mucho se teme que nadie va a contar nada "porque me da la impresión de que no se está investigando, a pesar de que es importantísimo". De hecho han venido hasta técnicos de Japón.