Con verónicas a compás, de muñecas sueltas y baja la mano que toreaba, recibió Posada de Maravillas al castañito que abrió plaza. Humillaba, se desplazaba y se le picó lo justo antes de hacerle un hermoso quite por delantales. ¡Qué bien torea este joven torero con el capote!

Cartucho de pescao en los medios y primera serie al natural. Había que llevar al novillo tapado y metido en el engaño. Así lo hizo Posada en tres series con la diestra de buena factura. Tenía tendencia el de Fernando Peña a soltar la cara. Siguió al natural y al final en corto. Faena medida y bien resuelta. Gran estocada con el defecto de perder la muleta, y oreja.

Acapachado y astiblanco, sin duda reminiscencias del goterón de sangre Villamarta del encaste Núñez, era el cuarto. Esa sangre que daba y da un plus de calidad al encante. Metió el novillo bien la cara en el capote de Posada. Apretaba para los adentros.

Tardeaba pero cuando se arrancaba lo hacía con clase. Hubo una segunda tanda al natural de gracioso remate, a la que siguió otra con la diestra perfecta. Toreo de mano baja y conjunción el del joven torero, alternando uno y otro pitón. Muy expresivo Posada, toreaba con naturalidad y regusto al que fue un muy buen novillo. Los naturales de frente dieron paso a otra gran estocada, también perdiendo la tela. Segunda oreja.

Galopón de salida el primero del lote de Ginés Marín, tomó con alegría el capote aunque le faltó templanza. Era importante picarlo bien y así sucedió porque en el garboso y ajustado quite por chicuelinas pareció ya otro.

Muy bien lidiado por Javier Ambel, inició Ginés la faena por estatuarios para echarse rápido la muleta a la zurda. Buena muñeca la de este torero, bien colocado y asentado, toreando con suavidad a un novillo al que pronto le fue costando desplazarse. Dando tiempos, el trasteo subió de tono porque había en el ruedo algo palpable: la cadencia y la calidad que este novillero imprime a lo que hace. Así llegó el toreo más en cercanías, los muletazos enganchando al novillo, quiero el torero y pasándoselo muy cerca. Bernardinas finales y soberbia estocada, también perdiendo la muleta. Dos orejas.

Abrochado de cuerna y largo de cuello era el quinto. Perfectas hechuras. Lo toreó Ginés Marín a la verónica y se metía por el pitón derecho. Manso en el caballo, mostró buen tranco en banderillas. Había novillo.

Sin más, desde más allá del tercio, citó el torero con la zurda. Transmitía el burel y transmitía seguridad el diestro. Tres primeras tandas al natural llevándolo largo, con lo que encierra el toreo bien rematado con la mano izquierda, porque los vuelos de la tela lo engrandecen. Protestaba cuando lo tomó con la derecha pero en el ruedo se vio a un torero firme en la que fue un trasteo muy largo. Por eso pinchó sucesivas veces con la espada, porque pasó de faena al novillo.

Frente a chiqueros y de espaldas se colocó Juan Carlos Carballo para recibir a su primero. Casi lo arrolló pero a la verónica metió más que bien la cara. Torero de garra, tanta que, habiendo resbalado, improvisó el remate de los lances con una larga de hinojos. Un puyazo en buen sitio, tras lo que el novillo comenzó a quererse ir a tablas.

Sin más, con la diestra y en redondo inició Juan Carlos Carballo la faena. Tardeaba un puntito el astado pero, cuando se arrancaba, metía bien la cara. Largo fue el trasteo, con series rematadas por ambos pitones, firme y ajustado el torero con un novillo que tuvo buen son hasta que, ya avanzada la faena, dijo que las tablas eran su terreno. Hace Juan Carlos un toreo de mucha verdad y con buenos fundamentos técnicos. Se fue tras la espada con gran decisión y paseó una oreja.

Se volvió a ir Carballo frente a chiqueros para recibir al sexto con una saltillera. Siguieron lances algo embarullados por las ganas del torero. Muy bien picado, cantó en banderillas que se iba a defender en la muleta. Así lo hizo un novillo que no humillaba y salía con la cara por encima del estaquillados. Le plantó cara Carballo, para lograr una faena meritísima por su entrega, con un arrimón final en la que dio cuenta de que quiere ser torero. Se fue otra vez de forma tremenda tras la espada. Oreja con bronca al presidente por no conceder la segunda.

Tenemos cantera porque los tres jóvenes que ayer hicieron el paseíllo para ofrecer una interesantísima novillada, pueden y deben funcionar en esta maravillosa profesión.