TNto voy a caer en el chovinismo de decir que lo nuestro, o lo que procede de lo nuestro, es mejor. Pero tampoco hay que ocultar que lo nuestro tiene algo especial, que se nota en los nuestros. Son muchos los extremeños que triunfan en el mundo, como Soraya, José Manuel Calderón, Javier Cercas, Jesús Sánchez Adalid , etcétera, por citar a algunos de los más conocidos. Pero hay muchos hijos de extremeños, nacidos en otros lugares que también son primeras figuras. Luis Muñoz , hijo y nieto de los creadores del Museo del Jamón y que fue Mister España en 2007; o Alberto Contador , cuyos padres y abuelos son de Barcarrota, vencedor nada menos que del Giro, del Tour y de la Vuelta a España, son dos ejemplos de estos triunfadores de linaje extremeño, en los que es posible reconocer rasgos de nuestra forma de ser, como la austeridad, la seriedad, el sentido del equilibrio entre realidad y existencia, la parquedad de palabra, y otros atributos que no menciono por no extenderme demasiado, pero entre los que quiero destacar también una cierta estética personal que hace reconocible en ellos su linaje extremeño.

Ahora me ha pasado viendo la espléndida película Los hombres que no amaban a las mujeres , basada en la novela del mismo título de Stieg Larsson , perteneciente a la exitosa trilogía Millennium , de este malogrado escritor sueco. Siempre me ha gustado el cine nórdico y esta película no desmerece de lo mejor de esa filmografía. En ella tiene un soberbio papel protagonista la sueca Noomi Rapace , hija del cantaor flamenco de Badajoz Rogelio Durán , más conocido como Rogelio Dabargos, cuyos detalles familiares ya ha dado en su columna mi compañera María Jesús Almeida . Viendo a Noomi me pareció reconocer rasgos, estilos, movimientos, de aquellas mujeres de la antigua plaza Alta y alrededores, de cuya cantera salieron tantos artistas. Enseguida que la vi en la pantalla me dije que era una de los nuestros. Ella misma ha reconocido el peso de su ascendencia española y la ventaja de esa peculiaridad en una sociedad y en un cine tan diferentes como el sueco. Es un ejemplo más de esos linajes extremeños repartidos por el mundo, cuyos retoños son perfectamente reconocibles.

Sugiero que Badajoz invite a Noomi a venir a conocer el origen de la mitad de su sangre. Para ella y para nuestra ciudad será muy bueno.