En la céntrica calle comercial Enrique Segura Otaño, vecinos, trabajadores y conductores están tristemente acostumbrados de cuando en cuando la calzada se convierta en un auténtico río por la rotura de la red de abastecimiento de agua. Ocurre periódicamente y ayer volvió a suceder al mediodía. El agua salía en auténtica cascada y recorría hacia abajo la calle, ocasionando un verdadero caos circulatorio.

Según informó la empresa concesionaria del servicio de agua, Aqualia, la rotura se produjo a las 12.00 en la plaza de la Constitución, en la acera, en una tubería de 150 milímetros de diámetro y no afectó en el suministro a ningún vecino. La concesionaria señaló que es la propia empresa la que afronta el arreglo y el cambio de los tramos averiados, una actuación que ayer por la tarde pretendía realizar «con la mayor celeridad posible» para poder ofrecer un servicio continuado a los vecinos «a los cuales pedimos disculpas por las molestias».