Más con menos. A esto es a lo que se enfrenta Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, que ha visto como en este año sigue creciendo el número de familias que recurren a la oenegé en busca de ayuda a causa de la crisis, mientras que sus ingresos se reducen.

Aunque aún no se han cerrado los datos oficiales de este año, un sondeo realizado entre algunas de las Cáritas parroquiales "más significativas" revela que el número de familias atendidas en el 2010 se ha incrementado de media un 50% (de las 489 del 2009 en ocho delegaciones se ha pasado a 869 hasta el 31 de noviembre de este año).

En algunos casos el número de demandantes ha crecido hasta un 200%, como en la parroquia Perpetuo Socorro de Badajoz --que se ocupa de Valdepasillas y Huerta Rosales--, donde hasta hace apenas dos años su Cáritas no recibía ninguna solicitud de ayuda en este sentido. En el 2009, una decena de familias en apuros tuvieron que solicitar ayuda, y en lo que va de año ya se ha atendido a una treintena.

Lo mismo ha ocurrido en otras poblaciones de la diócesis, como Llerena, donde la demanda ha aumentado un 228%; en Almendralejo, un 123%; en Zafra, un 92%; o en Jerez de los Caballeros, un 100%.

En otras Cáritas la tendencia, aunque sigue al alza, no ha sido tan desmesurada, como por ejemplo en la del Gurugú-Colorines, donde en el 2009 se atendió a 119 familias y en lo que va de año a 140 (un 17,65 más). El motivo es que en esta barriada la crisis golpeó antes a los vecinos, y el gran incremento de peticiones se produjo el año pasado.

Las cifras las aportaron ayer responsables de Cáritas durante la presentación de la campaña de Navidad, que este año tiene como lema Una sociedad con valores es una sociedad con futuro , en la que estuvieron presentes el delegado y la secretaria de Mérida-Badajoz, José María Vega y Ana Correa, respectivamente, el responsable de la oenegé en Almendralejo, Adolfo Cid, y el vicario general, Sebastián González.

Todos ellos recordaron que tras las frías cifras hay personas que que están viviendo una situación muy complicada a causa de la crisis económica, muchas de las cuales jamás pensaron que tuvieran que recurrir a Cáritas para cubrir sus necesidades más básicas. El perfil de las familias que Cáritas sitúa como las "más vulnerables" de la crisis se ha ido ampliando y si cuando comenzaron las dificultades la mayoría de los demandantes eran personas inmigrantes desempleadas y sin derecho a prestación, ahora el grueso de la ayuda se destina a parejas jóvenes con niños que han perdido su puesto de trabajo y sin subsidios, a parados mayores de 45 años y a desempleados con una escasa prestación (los 426 euros) o que ya la han agotado.

"Pensamos que la situación va a empeorar, porque hasta ahora había prestaciones, una red de apoyo familiar, pero todo eso está empezando a flaquear", advirtió Ana Correa. En este sentido, Vegas hizo un llamamiento a la sociedad, a las empresas, entidades financieras y administraciones para que "no nos olviden", pues reconoció que los donativos de particulares se han estabilizado, ha habido recortes en las ayudas públicas y se han suprimido convocatorias para la subvención de programas.