El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se ha desplazado este fin de semana a Extremadura para disfrutar de un viaje de placer. El sábado estuvo en Cáceres y Plasencia y por la noche llegó a Badajoz, donde cenó con el presidente extremeño, José Antonio Monago, con quien también estuvo parte de la jornada de ayer, acompañados ambos por la vicepresidenta de la Asamblea de Extremadura, Consuelo Rodríguez Píriz.

Feijóo, que esperaba a Monago tomando café en una terraza de la plaza de España para subir a conocer la plaza Alta y la alcazaba, comentó a este diario que había viajado a Extremadura para reencontrase con viejos amigos que mantiene desde la época en la que fue presidente del Insalud, a mediados de los años 90.

"Venir a Extremadura es siempre es una oportunidad, hay un paisaje precioso, no es como el gallego, pero sí igual de bonito". El presidente gallego confesó que hacía tiempo que no viajaba a la región --desde que está al frente de la Xunta solo en algún acto oficial del Partido Popular-- y se mostró gratamente sorprendido con el cambio que ha percibido en Badajoz desde entonces: "Lo he encontrado bien, de verdad, más limpio y ordenado. Y Cáceres está precioso", dijo.

El presidente gallego aprovechó el paseo por el Casco Antiguo para hacer algunas fotos en la plaza Alta, visitar el Museo Arqueológico y descubrir la alcazaba, que nunca había recorrido antes. También atendió amablemente a todo aquel que se dirigió a él, como el concejal de IU en el Ayuntamiento de Badajoz, Felipe Cabezas, quien se acercó a saludarlo y estuvo charlando unos minutos con él.