TNto se ha hablado de otra cosa esta semana- y lo que te rondaré morena , porque los carnavaleros ya se encargarán de revivir las andanzas del primer presidente negro de Estados Unidos y del último jefe, blanco, de la Policía Local de Badajoz.

Pero no habrá que esperar hasta carnavales para seguir hablando de Obama y Sardiña . Sus historias sólo acaban de empezar, aunque en sentidos totalmente opuestos. Para uno ha comenzado su ascendente carrera como presidente de la primera potencia mundial y, para el otro, se ha iniciado su declive profesional, y quién sabe si personal.

A muy pocos letristas se les escaparán los detalles que han rodeado la llegada de Obama a la Casa Blanca, así como el accidente de tráfico que sufrió esta semana Miguel Sardiña por conducir ebrio.

Para un murguero estas dos situaciones no tienen precio, aunque se estén tirando de los pelos por tener que cambiar el repertorio a estas alturas.

Ya me los imagino cantándole al nuevo salvador del mundo. Al Mesías. A ese hombre que, con tan sólo su presencia, ya nos va a sacar de la crisis. A esa especie de semi-dios, tan natural, tan joven, y tan inquietante.

Pero tampoco van a pasar por alto que todo un jefe de la policía local circule en dirección contraria en una rotonda, ¡que ya es difícil!, y además con una tasa de alcohol que supera con mucho a la legalmente permitida. Sardiña no debió leerse aquel manual que él mismo editó y que pretendía enseñarnos a conducir correctamente en las rotondas.

El tema tendría mucha sorna si no fuera porque hay dos personas heridas y porque el propio Sardiña no debe estar pasando por sus mejores momentos.