La obra que ha convertido en plataforma única la céntrica y recoleta plaza de la Soledad, y que ha conllevado importantes cambios en su fisonomía, ha sido acogida favorablemente en general por quienes viven y trabajan allí, si bien algunos discrepan sobre el mobiliario elegido, sobre todo de las jardineras, y advierten que pueden suponer un obstáculo.

Es el caso de la Hermandad de la Virgen de la Soledad, a la que afecta directamente la obra, pues la ermita de la Patrona preside uno de los rincones de la plaza y su presencia es motivo de que a diario cientos de pacenses recalen delante de la puerta para ver a la Virgen. Arturo Gutiérrez es el interventor de la hermandad y aunque reconoce que la plaza "estéticamente ha quedado bonita", le hubiese gustado "más diáfana, sin tanto bulto" y haber evitado las barreras arquitectónica, que ya la asociación de discapacitados Apamex ha denunciado.

El principal escollo son las jardineras en forma de olas. En su opinión, hubiese sido más práctico colocar las de la plaza de España, que se pueden mover. Gutiérrez avisa de que estos arriates van a servir para que los niños salten con las bicis y patinetes. Además, serán un obstáculo en las aglomeraciones que se forman en las bodas y en las procesiones de Semana Santa, pues prácticamente todas pasan por esta plaza. Esta dificultad solo se detectará una vez al año, pero comentó que sí son una barrera para las numerosas personas que pasan a diario por la plaza, sobre todo para los discapacitados. Gutiérrez manifiesta que ésta es la opinión común de prácticamente toda la junta de gobierno de la hermandad.

Respecto a la fuente cuya agua sale directamente del suelo, a la hermandad le han asegurado que en las procesiones se taparán con planchas de acero para evitar que los costaleros introduzcan los pies.

Sobre la instalación de un parque infantil, la opinión mayoritaria es a favor, porque asigna un espacio de la plaza a los niños, que antes no tenían. El encargado de la cafetería Dada, Pepe Gutiérrez, sin embargo cree que la valla de madera desentona con el diseño uniforme que se prolonga desde la calle Menacho. A quienes mejor les viene la colocación del parque es al restaurante Casona Baja, que instala veladores en la plaza, porque los padres podrán tomar tranquilos sus cervezas mientras los niños se entretienen.