En noviembre del 2003 empezó a funcionar junto al cementerio nuevo el crematorio, y aunque cada año se incrementan las incineraciones, es una opción por la que no se decantan todavía demasiadas familias. En el 2004 hubo 118 incineraciones; en el 2005, 141 y el año pasado, 170. El coste de este servicio, que incluye la incineración y una urna básica, es de 399 euros. Las instalaciones de Badajoz disponen de columbarios para depositar los restos, pero solo se han utilizado de momento 20, pues mucha gente prefiere llevárselos, para conservarlos o esparcirlos. En otros lugares de España con más tradición, la mitad de los difuntos son incinerados.