En poco más de tres días han recogido una quinta parte del camalote que había crecido en la zona conocida como Brazo Jamaco, en el tramo urbano del Guadiana a su paso por Badajoz. Una brigada de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), integrada por un anfibio y una embarcación de apoyo, trabaja desde el martes en la eliminación de esta planta invasora, que ha formado una gran mancha en la superficie del río, llegando a retirar una media de 3 toneladas al día. Siguiendo este ritmo, el jefe el Servicio Forestal de la CHG, Nicolás Cifuentes, calcula que en dos semanas habrán concluido esta tarea en Badajoz. También se ha localizado su presencia de forma más testimonial en la zona próxima a Caya, donde trabaja otro equipo.

Aunque el camalote no está muy extendido en el tramo urbano del río en Badajoz, los pacenses que pasean observando el Guadiana están acostumbrados a ver grandes manchas verdes en la superficie. Se trata del nenúfar mexicano y su problema es sobre todo estético, además de las molestias que pueda causar a los piragüistas. Esta planta enraíza en el fondo del río, se reproduce en el suelo y sólo flota el peciolo, hoja que realiza la fotosíntesis. Inicialmente se creyó que segándolo bajo el agua reiteradamente se eliminaría, pero el efecto ha sido el contrario, pues se ha comprobado que crece con más fuerza. Para eliminar el nenúfar habría que dragar el río, lo que es inviable, o bien utilizar productos químicos, pero ni la Junta de Extremadura ni el ministerio lo han autorizado de momento.

EXPERIMENTO En la finca la Orden se está desarrollando un método por solarización, que consiste en ocultar las plantas para evitar que realicen la fotosíntesis, pero está en fase experimental. Cifuentes destaca que el nenúfar mexicano les preocupa menos porque no se mueve con la corriente del río. Lleva años instalado en el Guadiana y gana cada vez mayor presencia.

El camalote sí supone una amenaza real. Esta planta se desplaza flotando, con lo cual es muy difícil controlar su propagación y no se puede atacar con productos químicos por lo que la solución pasa por retirar las plantas. La mayor parte de los esfuerzos de la Confederación se concentran en controlarla en el tramo entre Medellín y Mérida, donde los equipos de la CHG no dan abasto cada verano para retirar estas plantas, por lo que lo que se intenta es que "no vaya más allá de donde está". La urgencia de evitar que se propague se basa en el riesgo de que lleguen a las infraestructura de riego de los canales. Aguas abajo de Mérida, como ocurre en el tramo urbano de la ciudad de Badajoz, la presencia del camalote representa sólo "pequeñas manchas" que "quitamos cuando podemos", señala este técnico.

Todas las plantas que se van retirando son depositadas por los operarios en las márgenes del Guadiana. Como sólo tienen un 5% de materia seca, se "desinflan" en poco tiempo y al sacarlas del agua se deshidratan, se descomponen y se incorporan al suelo. En algunos lugares, cuando se retiran grandes cantidades, se vierten en los hoyos de las extracciones de áridos.