Buda Kentala abrió sus puertas el pasado jueves, con este ya son tres los locales abiertos junto al río: Buda Kentala, Puerto Viejo y Café del Río. Las orillas del Guadiana recobran vida con las terrazas de estos establecimientos, en los que se puede disfrutar de diferentes ambientes.

No todos siguen la misma corriente. Situado entre el puente Viejo y el puente de la Universidad se encuentra Buda Kentala con una decoración budista, hindú, transmitiendo paz, serenidad; se define como concepto de espacio y tiempo único. Puerto Viejo ofrece una tendencia diferente, donde se puede escuchar música comercial. Entre el puente Viejo y el de la Autonomía está Café del Río para personas que quieran disfrutar de una terraza tranquila, y según vaya avanzando la noche con música para bailar en el interior. No obstante sus dueños temen la proximidad del botellón .

Con apenas una semana de vida los empresarios de estos bares ven cómo van cumpliéndose las expectativas. Según comentaba uno de los socios y relaciones públicas del Buda Kentala, todo salió con éxito en la noche de inauguración, a pesar de que la fecha de apertura no fuese la más adecuada, puesto que acaba de finalizar la feria, era fin de mes, y numerosos vecinos de la ciudad han tomado ya sus vacaciones. Hasta que no pase algún tiempo no se podrán valorar la rentabilidad de estos negocios.

MULTAS La noche de apertura de Buda Kentala también tuvo su gran inconveniente: los aparcamientos. Esperaban una autorización del ayuntamiento, que permitiese estacionar en el paseo Fluvial sin ningún tipo de problema desde las diez de la noche. Pero el permiso no llegó y los coches que aparcaron se llevaron alguna que otra multa. También se esperaba esa noche a miembros del ayuntamiento, que por motivos desconocidos no pudieron acercarse.

El dueño de Buda Kentala y Puerto Viejo no ve como una amenaza tener el botellón allí, piensa que esos locales están destinados a otro tipo de ambiente, en otra linea, sin embargo, el dueño de Café del Río sí que piensa que puede ser un inconveniente, puede afectar a las terrazas y causar molestias a los clientes, sobre todo por las motos que circulan por el paseo, aunque aún es pronto para saber cual será la reacción.