Miles de pacenses se echaron a la calle para celebrar la fiesta de San Juan, y muchos de ellos regresaron ya de día a sus casas después de haber pasado toda la noche en el recinto ferial, donde a partir de las dos de la madrugada no cabía un alfiler, había colas para subir a las atracciones y las casetas estaban repletas de público.

El inicio de un puente y el descenso de las temperaturas animaron al público a continuar la fiesta tras el espectáculo de fuegos artificiales por lo que el desfile de coches hacia el ferial, en Caya, colapsó los accesos, produciéndose retenciones de larga duración durante algo más de dos horas. El embotellamiento obligó a la policía local a desviar el tráfico, de forma intermitente, hacia la autovía.

El concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Alejandro Ramírez del Molino, explicó ayer que "el transporte urbano funcionó a la perfección, ya que en un tiempo mínimo se llevó a los usuarios al ferial", sin embargo reconoció que en el tráfico "hubo momentos críticos en los que fue necesario cortar de manera intermitente el acceso por la avenida de Elvas". También se produjeron retenciones en la entrada a los aparcamientos gestionados por la Asociación de Desempleados de Badajoz (Adeba), donde se formaron largas colas. Pese a ello, el concejal aseguró que no hubo incidentes de importancia ocasionados por el tráfico.

BOTELLAZOS Los pacenses pasaron la noche bailando y divirtiéndose en la feria. Los que tampoco pararon fueron los 13 integrantes del dispositivo de Cruz Roja, que desde las dos y media hasta la siete de la mañana no dejaron de atender a gente. "No hemos parado en toda la noche, ha habido muchas peleas, han llegado varias personas con botellazos en la cabeza, por lo que hemos tenido que dar puntos de sutura, también hemos atendido cortes en los pies ocasionados por haber cristales en el suelo, así como problemas intestinales, contusiones en atracciones y varios comas etílicos", explicó la responsable del dispositivo, Encarna Camacho.

En total, el equipo de Cruz Roja prestó asistencia a 35 personas en la noche de San Juan, que suman un total de 145 desde que empezó la feria. Hubo que desplazar a cuatro al hospital Infanta Cristina, donde fueron atendidas de coma etílico. "La mayoría de las personas con problemas procedían del botellón , que se celebra a la entrada del ferial", según Encarna Camacho, quien reconoció que en alguna ocasión hubo que pedir ayuda a Protección Civil y a la policía.

Ramírez del Molino reconoció que efectivos de la policía local y Nacional intervinieron en varias ocasiones para imponer el orden entre grupos de personas que se encontraban en el ferial, "aunque no hubo incidentes graves".

Por la mañana desfilaron los gigantes y cabezudos y a las doce el arzobispo Santiago García Aracil presidió la misa del día de San Juan en la catedral, a la que asistió el alcalde Miguel Celdrán y varios miembros de la corporación. Celdrán cree que la feria "está recobrando el pulso de una manera satisfactoria" y confía en que después de los resultados de este año "se consolide de una manera definitiva".