A pesar de la persistente sequía, de momento no hay motivos para la alarma en el abastecimiento a la población de Badajoz, pues el suministro de agua desde la presa de Villar del Rey está garantizado para los próximos dos años, según asegura José Martínez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).

Según el último parte semanal de los embalses de la cuenca que dependen de la CHG, fechado el pasado día 7, el embalse de Peña del Águila, en Villar del Rey, se encuentra el 61,1% de su capacidad, que es de 130 hectómetros cúbicos, con un volumen de agua almacenada de 79,5 hectómetros cúbicos, inferior al de la semana anterior, que era 80,6 (62%) y por debajo de cómo se encontraba hace un año, con 84,1 hectómetros (64,7%). Es el proceso normal cuando sale agua pero no entra.

Martínez explica que ante una situación de ausencia de precipitaciones lo primero que se garantiza siempre es el abastecimiento humano en cualquier situación en función del consumo que tenga cada embalse para ese uso al menos durante dos años. La población de Badajoz y su entorno, que se abastecen del embalse de Peña del Águila, consumen alrededor de 15 o 16 hectómetros cúbicos al año de agua, con lo cual serían más de 30 en dos años, a los que hay que sumar la que se pierde por la evaporación, el volumen que corresponde al embalse muerto y el mínimo ecológico que hay que mantener.

Aunque figura que el volumen que en estos momentos se almacena es de 79 hectómetros cúbcios, es una cantidad bruta, a la que hay que restar la parte de embalse muerto, por lo que la capacidad real en la actualidad es de 67. De haber restricciones, se producirían en el riego. De momento este año la campaña de riego estaba garantizada y la previsión es que el próximo año, en función de que llueva o no, antes del inicio, en el mes de marzo o abril, habrá que comprobar qué reservas existen y puede que haya que plantearse algunas medidas. «Lo siguiente ya es esperar que llueva y que podamos tener aportaciones», manifiesta José Martínez.

Existe un plan de sequía de la cuenca en el que figuran todos los embalses, no solo los de titularidad del Gobierno central, sino también los que gestiona la Junta de Extremadura, como Brovales, Valuengo, El Aguijón, Llerena y Nogales, dependientes de la Consejería de Agritultura o de la de Infraestructuras. Según este el informe de situación, el único que técnicamente en Extremadura está en situación de emergencia es el de Llerena, por lo que se ha puesto en marcha la obra de interconexión con Los Molinos para evitar la problemática que se le podría generar a la mancomunidad en el abastecimiento. Ya se está inyectando agua.

En prealerta están varios de los embalses y la CHG está realizando un seguimiento para adoptar las medidas en caso de que fueran necesarias. Martínez apunta que la situación de los embalses de Castilla la Mancha es más preocupante que los de la parte extremeña de la cuenca del Guadiana. La CHG no tiene noticias de que existan problemas en más embalses. Es cierto que, según el último parte, está también bastante bajo el embalse de Cornalvo (al 14,1% de su capacidad, con tan solo 0,4 hectómetros cúbicos almacenados), pero la mancomunidad a la que abastece (la de Cornalvo) lo soluciona desde el de Alange, porque se interconectó con el anillo perimetral de Mérida, con lo cual también estaría garantizado el abastecimiento. Por debajo del de Villar del Rey también están el de Tentudía (55,4%), Alange (41,7%), La Serena (41,6%), García de Sola (46,2%) y Cíjara (40,6%).