Por el parque de Nuestra Señora de Bótoa, situado detrás del hospital Materno Infantil, en la barriada de Antonio Domínguez, hace tiempo que no pasa un jardinero y si ha pasado, se ha hecho el loco o ha vertido un jarabe de crecimiento vegetal que surte efecto inmediato. La vegetación de la zona verde ha crecido tanto que es imposible sentarse en algunos bancos, que permanecen envueltos en las enredaderas y han sucumbido a las plantas que los rodean.