El 16 de enero del 2006 el alcalde, Miguel Celdrán, inauguraba oficialmente el nuevo parque de la Viña, un espacio de 7.500 metros cuadrados en el que el ayuntamiento invirtió más de 600.000 euros y que une las barriadas de La Uva, el Gurugú y el Progreso.

Veinte meses después la imagen que presenta es lamentable: buena parte de las farolas están rotas y los pedazos yacen en el suelo, muchas vallas que rodean los bancales han sido arrancadas y abandonadas en medio de los paseos, faltan papeleras, los juegos infantiles están cubiertos de pintadas con insultos irreproducibles y piezas sueltas. Han roto incluso parte de los muros de ladrillos, cuyos pedazos nadie ha recogido, casi todos los rincones están tiznados por las fogatas, de los bancos cuelgan bolsas llenas de basura, que también se reparten por todo el parque, y el local, que al parecer iba a servir como almacén de los servicios de Limpieza y Parques y Jardines, ya no tiene puerta y se ha convertido en un refugio inmundo. A todo ello se suma que donde debía haber césped crecen los rastrojos mezclados con latas y papeles y el abandono es tal que las malas hierbas surgen entre los escalones y hasta de los imbornales.

AVISO El presidente de la Asociación de Vecinos del Gurugú, Ricardo Cabezas, apuntaba ayer que cuando el parque se inauguró ya advirtieron al alcalde de lo que ocurriría si no había vigilancia "y dijo que éramos nosotros los que teníamos que cuidarlo". Siendo así, Cabezas se pregunta quién cuida de los parques de Valdepasillas, San Fernando, Castelar o San Francisco, "porque es un agravio comparativo". Añade que hay que tener en cuenta "como agravante" la ubicación de este espacio como enlace entre La Uva, el Gurugú, La Luneta y Los Colorines. Cabezas recuerda que el año pasado celebraron la Semana Cultural en este parque para sensibilizar a los vecinos "pero nosotros, como asociación, no vamos a estar detrás de los vándalos".

Desde el colectivo vecinal se denuncia el abandono por parte del ayuntamiento. Cabezas asegura que cuando los jardineros cortan el césped, tiran los residuos detrás de las casas y las farolas que se rompen no se reponen. Además, critica que todavía están esperando que coloquen la placa con el nombre del parque, dedicado al padre Eugenio Sánchez. Este diario pidió ayer la valoración del gobierno municipal, pero no recibió respuesta.