Las acusaciones y la defensa acordaron ayer modificar sus conclusiones provisionales y acusar a Jorge Antonio D. C., el hombre de San Vicente de Alcántara que se sienta en el banquillo por la muerte de su esposa, de un delito de asesinato alevoso en el que concurren la agravante de parentesco y la atenuante de drogadicción.

Por este delito, las partes (fiscal, acusación particular, acusación popular ejercida por la Junta de Extremadura y defensa) solicitaron para el inculpado una pena de 14 años de prisión y el pago de 160.000 euros a las hijas y la familia de la víctima, en concepto de responsabilidad civil, así como que se le prohíba acercarse a la familia de la víctima y volver al lugar de los hechos durante 5 años. También pidieron la inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad por un periodo de 20 años.

En la segunda jornada del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Badajoz, al que asistió la directora del Instituto de la Mujer de Extremadura, María Josefa Caraballo, para mostrar su apoyo a la familia de la víctima, declararon los testigos y los peritos y para hoy está prevista la presentación de los informes finales de las partes. Una vez concluya el juicio comenzarán las deliberaciones.

CELOS PATOLOGICOS Según los informes de los forenses, Jorge Antonio D. C., presenta un trastorno de la personalidad de tipo paranoide, con unos rasgos rígidos que "le llevan a sentir celos de tipo patológico" y a mostrarse "desconfiado y suspicaz hacia la figura de su mujer".

En este sentido, el médico forense explicó, durante su declaración, que el acusado "se había creado un mundo propio interno y estaba convencido de que su mujer le era infiel". Sin embargo, este trastorno no condiciona su comportamiento social, laboral y familiar, ni altera su capacidad cognitiva y volitiva, "se da cuenta de lo que hace y actúa de forma voluntaria y reflexiva", lo que le hace imputable.

Este trastorno pudo verse agravado por el consumo de cannabis u otras drogas, que según el inculpado consumió momentos antes de la agresión a su mujer, pero la analítica realizada no pudo determinar el momento preciso del consumo.

Aquella madrugada del 22 al 23 de octubre del 2003 Jorge Antonio D. C., causó 17 lesiones de diversa consideración con un cuchillo de cocina a su mujer, aunque sólo dos fueron importantes, una que afectó al pulmón y otra en el cuello que afectó la traquea, esta última fue la que le ocasionó la muerte por una insuficiencia de tipo respiratorio. Los otros cortes fueron muy superficiales.

LAS DECLARACIONES Los agentes de la Guardia Civil explicaron al jurado la situación en que encontraron aquella madrugada la vivienda de la pareja en San Vicente de Alcántara, así como la forma en que actuó el inculpado, según las declaraciones realizadas aquel día por la hija mayor de la pareja, de 12 años, que ayer compareció a puerta cerrada pero decidió no testificar.

La niña vio cómo su padre pinchaba con el cuchillo a su madre y corrió en su auxilio, pero él la amenazó y le ordenó que volviera a su dormitorio. Al ver el inculpado que había matado a su esposa pidió a su hija, y a la otra más pequeña, de 7 años, que le ayudaran a limpiar la sangre. El llevó el cuerpo de la víctima a la cama e intentó simular un suicidio, alterando el escenario del crimen y dificultado el esclarecimiento de los hechos.

IBA A MENTIR Según uno de los agentes, el agresor pensó decir que María del Carmen se había marchado, por ello ordenó limpiar la sangre, pero al irse a duchar cambió de idea y decidió simular un suicidio, por lo que volvió a manchar todo de sangre. La Guardia Civil no recibió el aviso hasta dos horas después del crimen. Las dos niñas se encuentran desde entonces en tratamiento psicológico.