De los 70 nuevos árboles que se plantaron en el 2015 en los paseos de los arroyos Rivillas y Calamón, solo «cinco o seis» han salido adelante. El resto, fueron arrancados, quemados o doblados hasta acabar con ellos. Lo cuenta un trabajador del servicio de Parques y Jardines, que asegura que este es solo un ejemplo de los continuos destrozos que sufre este parque desde hace dos años. Un día sí y otro también se prende fuego a plantas sembradas en los taludes interiores y exteriores; las gomas del sistema de riego, cuando no se queman, son cortadas; los aspersores arrancados a patadas; y las arquetas rotas a pesar de estar atornilladas. Hay árboles que han sido cortados con un hacha y ni siquiera los cables enterrados en la tierra se han librado de estos ataques.

El concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, denunció ayer esta situación y apeló a la colaboración ciudadanía para que denuncie estos hechos y avise a la policía cuando los presencie. El domingo y el lunes han sido las últimas veces que se ha prendido fuego a las plantas y las llamas han afectado al sistema de riego. «Empleamos más tiempo en reparar los destrozos que en hacer lo que deberíamos estar haciendo: mejorar esto cada día más», lamentó el trabajador con el que este diario visitó los paseos.

«Es destrozar por destrozar y a diario», se quejó el operario que, como ya antes había señalado Ávila, reconoció que la situación está desmotivando a los trabajadores, que sienten que en muchas ocasiones se les responsabiliza del mal estado de la zona cuando «nosotros cumplimos con nuestro trabajo», defendió.

Aunque los destrozos se producen a lo largo de todo el parque, la zona comprendida entre el Cerro de Reyes y Ciudad Jardín es la más afectada por este tipo de actos vandálicos. El concejal de Medio Ambiente explicó que Parques y Jardines ha elaborado un dossier con información y fotografías de los destrozos que se vienen causando, que pondrá en manos de la policía local para que trate de dar con los autores. No obstante, insistió en que será muy complicado dar con ellos si no se cuenta con la colaboración ciudadana, pues no se puede tener vigilado todo el patrimonio público las 24 horas del día.

Hace poco más de una semana fue el grupo municipal socialista el que reclamó que se intensificara el mantenimiento en esta zona pues, según denunció, solo una pequeña parte de las deficiencias se debían a actos vandálicos, mientras que la mayoría eran consecuencia de la falta de cuidado. Ávila rechazó de forma rotunda este argumento y aseguró que este parque «no está dejado» y que solo hay que visitarlo para comprobar que los vándalos se han cebado con esta zona verde. El concejal recordó el caso con el parque de La Viña, en el Gurugú, que sufrió ataques constantes y fue recuperado, hasta que el ayuntamiento decidió no invertir más.