Todavía quedaban casi cinco horas para conocer el nombre de las murgas finalistas y cerca de 26 para que salieran a la venta las entradas para la final del concurso de murgas y ya había varias personas esperando junto a la taquilla del teatro López de Ayala. Poco después de las diez de la mañana ya hacían cola unas 40 personas.

Jesús González y Sara Vadillo eran los primeros. Habían llegado a las 8.15 horas para relevar a otras dos amigas que llegaron al teatro a las 7.15 horas y que se habían tenido que marchar a hacer un examen. "Da igual que no se sepa aún el nombre de las finalistas, esta noche van a actuar las ocho mejores", sentenciaba Jesús.

Este año parece que la pasión por las murgas ha animado a los fans a tomar posiciones con más antelación. "Siempre hemos venido por las tardes y por las noches hemos hecho botellón, pero este año he venido a desayunar a La Marina", añadía.

Detrás de ellos estaban Paloma, Jesús y Macarena. "Estamos aquí por Jarana, y seguramente pasarán", auguraban. No se equivocaron. Comentaban que lo suyo era "devoción y diversión", para lo que contaban con todo lo necesario: mantas, comida y bebida.

Otro grupo se había llevado hasta una mesa camilla con sallas y un brasero de butano. Tampoco faltaba una guitarra para animar la velada, larga y fría. Hasta las nueve de esta mañana no abren las taquillas.