Dos de las imágenes de mayor tradición de la Semana Santa de Badajoz, el Cristo de la Espina y Nuestra Señora de la Amargura, podrían no salir en procesión la próxima Semana Santa si la cofradía no encuentra una iglesia de la que puedan partir estos pasos. El problema es que el templo del convento de las Descalzas se encuentra en obras desde hace un mes y previsiblemente no concluirán hasta mayo, según confirmó ayer la superiora, Inmaculada Doblado.

La iglesia de San Agustín ya se ha descartado, porque la puerta es pequeña, y puede que tampoco la catedral, por las escaleras de la entrada principal.

Debido a estas obras, la iglesia de las Descalzas permanece cerrada desde el pasado 30 de enero. Sin embargo, el convento ha encontrado una solución provisional para los feligreses y a partir del próximo lunes, 6 de marzo, se habilitarán los locutorios de las monjas desde las 11.30 de la mañana para la oración y todos los días habrá misa a las 19.30 horas en este espacio, adonde se trasladarán los bancos del templo. Casualmente, la vecina ermita de la Soledad está cerrada, también por obras.

Los trabajos en las Descalzas se iniciaron con una primera fase, para rehabilitar el retablo del altar mayor. Una vez concluido, las monjas decidieron arreglar los altares del Cristo y de la Virgen, que ha resultado ser más complicado de lo previsto, pues están en peores condiciones de lo que imaginaban y además se han tenido que retirar montones de ripios acumulados que hacían peligrar estos dos altares.

La superiora desconoce cuánto les va a costar toda esta operación, para la que en principio contaban con la venta de una vivienda de una herencia, que resulta insuficiente.