Mucho tiene que valer una artista para colgar dos veces consecutivas el no hay billetes a pesar de no haber podido acudir a las citas por diferentes motivos. Por fin, Pastora Soler llega a Badajoz el próximo día 20 de julio al escenario del Teatro López de Ayala. Una cita con una voz impecable, y con una mujer que ha sabido nadar y guardar la ropa en el mundo del flamenco (siempre hay guiños en sus conciertos, pese al marcado estilo pop del último disco). Una oportunidad para ver sobre el escenario a la que teniendo en cuenta su juventud, ya es veterana en los escenarios de medio mundo. Nos representó en Eurovisión y tras su impecable actuación aprendimos que en esa cita no gana el que mejor lo hace, sino el que mejor lo vende, como por desgracia ya ocurre en muchos ámbitos. Perdemos la pureza, el oído y la objetividad, y nos vendemos al brillo fugaz de artistas de mercado. Pastora, desde luego, no está en ese círculo. Lleva más de quince años demostrando voz y raza. Ahora, en su décimo trabajo, llega a Extremadura con ganas, humildad y sapiencia. Básicamente, lo que debe tener un artista que aspire a serlo, más allá de las modas. Una prueba de que se nace y no se hace .

--Por fin la tenemos en Badajoz, a la tercera va la vencida, ¿no es así?

--¡Ay!, yo creo que sí. Tengo muchas ganas de estar en Badajoz tras dos fechas pospuestas y con el teatro prácticamente lleno. Estaba lleno la primera vez y la segunda, ¡espero que la tercera también así sea!. Es una cita pendiente y tengo muchísimas ganas de que llegue y podamos disfrutarla todos.

--¿Qué vamos a encontrar esa noche en su espectáculo?

--Prácticamente es la gira de presentación de Conóceme , que es el último disco, pero como siempre un poco de todo, ¿no? Hay canciones de discos anteriores, canciones de mis inicios, de mis raíces. Será un concierto muy intenso pero bastante ameno con un poquito de todo, por eso si no estoy al cien por cien para mi es imposible subirme al escenario, porque tengo que estarlo para afrontar este tipo de conciertos y tener momentos para todo: para bailar, para llorar..., un poquito de todo.

-- Conóceme , ¿más de quince años en el mundo artístico no son suficientes?

--Pues no, la verdad es que no. Yo creo que es un dilema que tendríamos que tener todos: el seguir conociéndonos a nosotros mismos y ofrecérselo al público, no quedarse estancado y dar las cosas por hecho. Yo soy muy inquieta y lo he sido siempre desde que empecé en lo artístico. Empecé en la copla, pero no quise quedarme solo con eso, quise ir un poquito más allá y sigo así. Sigo queriendo conocerme y que la gente me conozca. Que no se queden con lo que les puede sonar de mí o con mis principios, sino con la invitación de que sigan conociéndome igual que yo sigo avanzando.

-- Si vuelvo a empezar, Te despertaré, Fuimos... , alma y piel en carne viva, ¿ha sentido en alguna ocasión pudor por abrir tanto su interior?

--La verdad es que yo he sido afortunada en el amor aunque siempre le he cantado mucho al desamor. Uso mucho esas historias desgarradas pero creo que es algo que te da la copla, esa manera de interpretar. Y aunque no he sufrido mucho, (pero bueno, cuando alguien sí está enamorado sí se sufre) el amor duele, y me gusta cantar esas canciones. Yo creo que ahí tenemos un punto en común de sentimiento y por eso todas mis canciones son pasionales, y tienen muchas cosas que decir con respecto al sentimiento del amor.

--Décimo disco en su carrera, ¿qué ha aprendido de todos ellos?

--La verdad es que muchísimo. Cuando una echa la vista atrás son diez discos, veinte años desde el primero. Lo bueno es que, a veces, se tiene la sensación de que estás empezando y tienes muchas cosas que descubrir. Pero sí, echando la vista atrás es cierto que se aprende mucho: de lo que quieres hacer, de lo que no quieres hacer también, y sobre todo de querer ser fiel a ti misma. Yo creo que uno en su trabajo tiene que tener muy claro lo que quiere, eso es lo principal para que el público te crea y tú misma te creas lo que estás haciendo. Esa es la principal baza y por supuesto el esfuerzo y el trabajo. Cada uno de esos trabajos, de esos discos ha llevado mucho trabajo detrás, valga la redundancia, pero bueno, tiene que ser así. Son diez trabajos de los que cada uno te aportan cosas, teniendo claro que cada uno tiene que ser mejor que el anterior. El afán de superación es muy importante.

--Ha aprendido lo que quiere, pero ¿qué es lo que no quiere?

--Yo creo que eso es lo más difícil de descubrir. He tenido momentos en mi vida discográfica en

los que te plantea la compañía cosas que no quieres hacer, y creo que mi primer paso de madurez musical fue cuando no quise quedarme con ese tipo de canción de éxito veraniego como fue Corazón congelado . Yo quería ir mucho más allá. Y no es que no lo quiera hacer, que de hecho siempre tiene que haber este tipo de canciones, pero sí debes tener claro que quieres seguir dando pasos y madurando musicalmente, y por supuesto haciendo otro tipo de canciones como baladas u otras con diferente recorrido vocal. Esa fue mi primera decisión: 'no quiero hacer eso, quiero hacer esto otro?' Mire, las discográficas siempre quieren ir a lo seguro. Afortunadamente, yo creo que por estar dentro de esta crisis musical discográficamente hablando, tampoco hay productos como antes. Ahora dejan mucho lugar a la creatividad, dejan sitio a la opinión del artista.

Pero a la conclusión de no hacer canciones veraniegas llegué yo. Me fui de esa discográfica, pedí la carta de libertad y me fui sin saber qué iba a pasar. Después de la ruptura con esa discográfica, llegó Warner, que es mi actual discográfica, y creyó en lo que yo quería hacer. Ahí empezó un camino, una segunda etapa o tercera ya que la primera fue la de la copla. Ahí empezaron las canciones de Martínez Ares, mucho más profundas, con más mensaje y baladas más grandes. En eso fue en lo que ellos creyeron que yo quería hacer.

--Usted ha participado en Eurovisión y demostró tener una voz y presencia impecables, ¿qué necesita España para ganar entonces?, ¿tiene sentido que sigamos ahí?

--Sí tiene sentido. Cuando yo entré en el mundillo estaba un poco ajena a todo lo que mueve Eurovisión. Hay un público muy amplio en España que sigue el festival y creo que es rico culturalmente el que nuestro país siga en Eurovisión. Este año, además, se ha obtenido un buen puesto y se puede. Yo creo que ha habido unos años, no solo de España, sino de todos los países, en los que Eurovisión se había puesto un poco menos seria, pero ahora es un festival que tiene un peso musical, técnico. Creo que el escenario es el más grande de Europa, es el festival más importante de la canción y yo creo que España, por supuesto, tiene que seguir buscando esa fórmula.

--¿Y cual es la fórmula?

--La fórmula es una buena canción y nunca se sabe dónde está, pero yo creo que hay que seguir apostando por buenas canciones, por candidaturas de calidad. En mi caso fue un décimo puesto, igual la gente tiene que valorar lo que supone un décimo puesto para España, que es algo muy importante porque ya si entramos en que hay muchas afinidades culturales con otros países, porque tienen más vecinos que nosotros y demás, un décimo puesto para España es muy importante. Yo creo que hay que seguir trabajando en esta línea.

--¿Qué le parece Conchita Wert?

--A mí desde que se presentó la candidatura de Conchita me gustó mucho, era una de las voces importantes. Además, el tema imagen en Eurovisión funciona bastante, el tipo de voz femenina, de diva femenina. Creo que atrae mucho al público. Sabemos que es público gay el que suele seguir este festival y era una buena canción. Una canción muy novedosa, muy lucida y con un personaje que atraía a la gente. De hecho, yo la tenía entre mis favoritas.

--¿Cómo se sobrepone la persona a la presión de su personaje artístico?

--Es difícil. A mí me pasaban rachas con muchos dilemas en ese sentido. Al final es Pastora la que está en el escenario, pero a la vez es Pili la que se tiene que enriquecer, la que tiene que descansar. A veces se deja muy de lado a la persona para animar siempre al personaje o a la cantante. Creo que, en todo este tiempo, lo que he intentado hacer es cuidar mucho más a Pili, porque es así como funciona Pastora. Pero es un tema complicado llegar a ese equilibrio perfecto.

--Comenzó con apenas ocho años, a esa edad, ¿una sabe lo que quiere?

--Absolutamente nada. Incluso después de veinte años, uno sigue buscando su camino y teniendo muchas dudas e inseguridades, así que con ocho años mucho más. Yo sí sabía que me hacía feliz cantar, es lo único que sabía. Tenía una vocación increíble que todavía sigue ahí porque, si acaba la vocación y la ilusión, esto no tiene sentido. Yo no sabía si quería ser famosa o cantante, solo me hacía feliz cantar.

--¿Cuánto hay de Luis Sanz, su descubridor (y de entre otras, Rocío Dúrcal) en Pastora Soler?

--Muchísimo. El me enseñó las bases en las que tiene que crearse un artista. Y sobre todo la disciplina, que es muy importante en esto. El me la inculcó, y también el respeto por el público por encima de todas las cosas. También el hacerme artista, aunque yo no me considero artista porque soy una persona muy tímida, pero él me enseñó esa transformación que se sufre cuando estás en el escenario. Ahí eres otra persona.

--¿Qué es más duro?, ¿llegar o mantenerse?

--Mantenerse, por supuesto. Sin lugar a dudas. Desde que empecé en esto he visto a muchísimos compañeros que llegan, pero el mantenerse a lo largo de los años es muy difícil. Creo que todo está en tener ganas de superarse, en no creer que has conseguido todo. Creo que cuando uno tiene la meta conseguida y se relaja es cuando vienen los fracasos, entonces tienes que estar continuamente trabajando. El factor suerte existe, pero una vez llegas hay que seguir trabajando. Todo está en el esfuerzo y en no dar las cosas por hecho.

--Extremadura es flamenca por los cuatro costados, cuna de tangos y jaleos. Teniendo usted tantas facultades para este arte, ¿por qué la apuesta por el pop?

--La verdad es que a mí me encanta el flamenco y en mis conciertos siempre hay una pincelada. Pero al flamenco le tengo mucho respeto. Para mí es uno de los géneros más difíciles que existen. La copla... también hay un guiño, yo empecé con ese género, pero no quería solamente hacer copla. Creo que es inquietud artística, pero también dejar llevarme por lo que siento en el momento que me ha tocado vivir.

Yo digo que si hubiera nacido en los años 20 hubiera sido una coplera. Pero en los tiempos en los que me ha tocado vivir me he influenciado por unos estilos de música y letras que me llegan. La copla está ahí y nunca la abandono.

--¿Qué conoce de nuestra región?

--Conozco Badajoz y Cáceres. Particularmente Cáceres me encanta, como yo he estudiado Historia del arte considero que tiene un patrimonio impresionante, pero al final yo me quedo con cada lugar al que voy, que lo hace su gente. Me quedo mucho con la gente de Extremadura. Además, desde pequeñita, como veraneo en Huelva he tenido muchos amigos extremeños y creo que tenemos mucho en común. Me llama mucho la atención la gente de Extremadura.

--¿Qué necesita el flamenco para no perder pureza, pero también para no perder público?

--Yo creo que con el flamenco se hacen muy bien todas estas fusiones que empezó el maestro Camarón y que han seguido muchos artistas. Creo que el flamenco tiene una continua renovación de gente joven. Yo soy defensora, aunque me guste mucho la pureza, de las fusiones. Eso acerca mucho el flamenco al público joven que a raíz de ahí empiezan a investigar y descubren el flamenco puro. Yo creo que no necesita nada porque se está haciendo muy bien.