"No nos llega para poder pagar, esto no es un gusto", decía Antonio Salazar para justificar los motivos que ayer le llevaron a protestar junto a sus compañeros. "Pedimos al ayuntamiento que sea solidario con el sector y nos ayude a salir para adelante", reclamaba en voz alta ante la prensa. Salazar también ha notado un descenso de ventas en su puesto de confección, "hasta un 80% menos", cifraba, por eso exigía que se aceptase la propuesta del colectivo de reducir las tasas o aplazar los pagos "porque lo que no pueden hacer es dejar 300 familias tiradas en el paro y que nos queden sin comer. Nosotros no vivimos de otra cosa". "Tendremos que luchar porque es el pan de nuestros hijos", añadía.