Ana, Isabel, Teresa y Natalia lo tenían claro: "La policía es superguay", decían casi al mismo tiempo después de que le hubiesen tomado las huellas dactilares, enseñado cómo se desactiva un explosivo y haberse montado en las motos y coches de la Policía Nacional. Como ellas más de un millar de alumnos de una decena de colegios y un grupo de jóvenes de Aprosuba participaron ayer por la mañana en la jornada de puertas abiertas organizada en la comisaría para que los "pequeños ciudadanos", como los definió el jefe superior, Angel Galán, tengan un contacto más cercano con las personas que velan por su seguridad "y hasta puedan llegar a querer al Cuerpo Nacional de Policía", deseó.

Las caras de asombro al ver las armas y el material científico, la emoción por plasmar sus huellas dactilares en una cartulina o pasar por el detector de metales daban paso a la impaciencia por montar en una de las motos o coches. Adolfo, alumno de los Maristas, decidió su futuro profesional en los pocos minutos que pasó sobre una de las motos. "De mayor quiero ser policía", aseguraba. ¿Por qué? "Porque su trabajo es muy divertido", respondía convencido.

Otra de las grandes atracciones de la jornada fueron las exhibiciones de los guías caninos. Aunque algunos escolares no ocultaban cierto temor a los perros, al final todos se rendían a las habilidades del animal localizando drogas o explosivos.

Este año la novedad eran las motos con las que los agentes comenzaron a patrullar ayer, mañana y tarde, el Casco Antiguo. Galán explicó que había pedido que volvieran de la calle para poder mostrárselas a los niños.

"Para ellos es un día muy especial, casi como si hubieran venido los Reyes Magos", comparó el jefe superior, quien dijo que a cambio la presencia de los escolares hacía que por un día los agentes volviesen "a la infancia y dejemos a un lado los grandes problemas".

La jornada de puertas abiertas y el interés por que los niños sientan cerca a la policía guarda similitudes, salvando las distancias, con el reto que se ha marcado Galán de cara a los ciudadanos: aumentar la sensación de seguridad a través de una mayor presencia policial en las calles. En este sentido, el nuevo jefe superior recordó que pretende hacer algunas reestructuraciones para cumplir este objetivo.

Así, a las nuevas motos para patrullar el Casco Antiguo se sumarán otros cambios: el servicio de noche se intensificará y también se impondrá el uniforme para todos los agentes, salvo para los departamentos de investigación (Información y Judicial), cuyos miembros seguirán vistiendo de paisano.

Como siempre, la visita a la comisaría finalizó con la entrega de regalos y con muchos niños con sus destinos profesionales decididos.