La economía es una materia peliaguda porque igual se habla de sistemas financieros que de hipotecas subprime mientras que los mortales de lo único que sabemos son de perras: las que nos llegan, las que podemos gastar y las que siempre faltan. Por eso, cuando los gobiernos presentan los presupuestos y los diseccionan uno tiene que echarse la mano a la cartera porque seguramente, entre tanta agitación y propaganda, alguien nos sisará unos euros en nombre de la solidaridad, la ideología o el futuro, argumentos muy respetables pero que evidencian contradicciones y generan desconfianzas.

Habiéndose presentado los presupuestos generales del Estado, llaman la atención algunas cuestiones relacionadas con Badajoz: 1. Los titulares. La prensa regional ha destacado que "Los presupuestos asignan al AVE extremeño un 60% menos del dinero previsto" y que "El Estado invertirá un 6% más en la región pero retrasa el AVE". Entre agresivos e indulgentes, intentaban transmitir una realidad edulcorándola con otra. 2. Los hechos. Más allá de los titulares, los hechos son contundentes y dramáticos: No sólo nos quitan más de la mitad del dinero para el AVE sino que, además, se retrasa, de nuevo, hasta el 2014, como poco. Junto a ello, la curiosidad de que el presupuesto del 2010 es el presupuesto de los próximos cinco años porque todos los proyectos para Badajoz aparecen con plurianualidades y, así, el Parador de Turismo, una promesa de 2005, se va hasta el 2013 o la Ciudad de la Justicia, que se irá más allá del 2015. 3. Los apóstoles, llamados a difundir una doctrina presupuestaria infame, indefendible e improvisada, que aplaude el desvarío, elogia la hipocresía y elabora discursos sin el más mínimo recato. Hay diputados por Badajoz que no conocen Badajoz, que no saben nada de Badajoz, que no viven aquí y es normal que tampoco nos defiendan aunque sea anormal que nos representen. 4. Los analistas, columnistas, tertulianos y todólogos que, sabiendo de todo, han camuflado la evidencia, mirando para otro lado y regresando al auténtico mal de Extremadura: el inconformismo, el menos es nada, el no estamos tan mal. Y 5. Los ausentes, aquellos que no han salido a la calle, que no se manifiestan, que no protestan, que no ponen el grito en el cielo ante la ofensa mirada de unos gobernantes que siguen tratándonos como si no nos enterásemos de nada.