Lydia Manso es de Olivenza pero no le da pereza acercarse a Badajoz con sus perros, Sansa y Taira, para que disfruten de un lugar que ella considera adecuado a sus necesidades de esparcimiento. Ayer era la segunda vez que acudía al parque canino habilitado hace poco más de dos semanas por el Ayuntamiento de Badajoz en el paseo de la margen derecha del Guadiana. Junto a ella, otra decena de dueños disfrutaban de sus mascotas en un terreno vallado y preparado para estos animales. «Las personas que tenemos perros lo creemos totalmente necesario, porque no se nos deja tenerlos sueltos por ningún sitio, tienen unas necesidades y hay que cubrírselas, es como una vacuna, totalmente necesaria». Ella llevaba años esperando esta iniciativa «y me parece que llega muy tarde». A esta joven de Olivenza le atrae sobre todo la zona de ejercicios para poder enseñar a sus animales, pues en su localidad no existe.

Tampoco hay en Talavera la Real, de donde es David López, que ayer acudía por primera vez al parque canino de Badajoz con Ringo, uno de sus tres perros. «La próxima vez los traeré a todos porque me ha gustado mucho», avisó. «Haría falta en todos los pueblos para que los perros estén en su ambiente, se socialicen y puedan estar sueltos sin que se queje la gente».

Los usuarios aplauden la iniciativa, aunque ya han detectado algunos defectos. Lydia, por ejemplo, no entiende que las normas de uso exijan al dueño recoger los excrementos y sin embargo no haya dentro ninguna papelera donde depositarlos. Sí las hay fuera. Además, en su opinión, las dimensiones de la valla de separación de la zona de adiestramiento no es adecuada porque los perros pequeños pueden pasar por debajo y los grandes, saltarla. «Pero por lo demás está bastante bien», señala convencida. Le gusta el lugar elegido y que se haya mantenido el césped en lugar de otro tipo de suelo.

Libertad Sendín tiene un galgo y desde que abrió el parque canino, acude casi a diario. Vive en Valdepasillas y sólo tiene que cruzar el puente Real. En su opinión, este lugar también satisface a quienes no tienen perros porque así no les molestan, ya que «aquí están controlados». «Estoy encantada porque mi perro es muy sociable y aquí no come nada raro que pueda estar envenenado o sea peligroso». Echa en falta, sin embargo, que haya más puntos de agua, pues uno le parece insuficiente. Cuenta que normalmente coinciden hasta una quincena de animales en el parque «que se queda pequeño». Fernando Ramos se acercó ayer por primera vez con su perro Enzo al parque canino dando un buen paseo desde San Roque. Le mereció la pena. «El parque está muy bien, tanto para los dueños como para los animales, que pueden disfrutar y no se escapan».