TUtnos se marcharon, otros llegaron y otros permanecieron, pero durante todos estos años ha destacado la perseverancia. Hace un tiempo escribía sobre la importancia de la humildad. Aún creo en ello pero a esa humildad el Cerro de Reyes ha sumado la constancia y, al final, el objetivo marcado se ha cumplido. Ya están en Segunda B. Temporada tras temporada he ido entendiendo la emoción del fútbol; he pasado de la frialdad ante la vibración de quien conmigo comparte la vida, a la comprensión cómplice. Ahora lo entiendo mejor, pero no es el momento de pensar en el cambio que he experimentado ante el fenómeno futbolístico de lo que, por otro lado, ya he escrito en otra ocasión. Es tiempo para dar cumplido homenaje al cerrito que el domingo consiguió subir de categoría en el José Pache, su estadio.

Yo estuve allí, vi el partido y, de nuevo, no me enteré de nada. Cuando metieron el gol ni me di cuenta. La portería estaba en el punto contrario al que me encontraba y además me quedé enredada en la jugada inmediatamente anterior por la que desde las gradas se pedía penalti. Ni idea de lo que había pasado; ni de ese gol ni del que anularon, encima de mis narices, al equipo contrario.

¿Por qué fui? Sencillamente porque quería ver el ambiente. Eso si lo capté. Los bombos, los insultos al árbitro, el ánimo a los jugadores, los pases cantados por los aficionados al ritmo de ooolé cuando ya se veía que la victoria era nuestra; los niños arrastrados por la emoción de los padres y, según me contaron, muchos seguidores del Badajoz que animaban al Cerro. Por eso fui, para vivir la emoción de los graderíos, para ver si, por fin, esa vez se conseguía el sueño. Y así fue.

Nada más finalizar el encuentro, el campo se llenó de aficionados que corrían para abrazar a los jugadores.

Más tarde, en otro punto de la ciudad, alguien comentó que la permanencia será difícil porque habrá que preparar, como mínimo, ciento cincuenta de los antiguos millones y ¿de dónde?, preguntaba.

Eso será luego. Ahora a disfrutar de una victoria conseguida a base de perseverancia.