Cuando llegan las Navidades, sobre todo en las noches de reunión familiar, se oye a lo lejos el ruido festivo de los petardos. A pesar de que se trata de material ilegal y de que su distribución debe estar controlada y vigilada, siempre hay quien los encuentra. Es el caso de los jóvenes que se dedican a "espantar" a los congregados en el paseo Fluvial durante el ´botellón´, lanzándoles desde arriba petardos. Obviamente, ocultan sus caras.