La Unidad de Patología Infecciosa y el Servicio de Cirugía Cardíaca del complejo hospitalario Infanta Cristina han realizado un estudio sobre 145 pacientes aquejados de endocarditis infecciosa (una infección en la válvula del corazón) que evidencia la necesidad de una mayor coordinación entre los hospitales de la red pública extremeña y el hospital Infanta Cristina, el centro de referencia de la región en Cirugía Cardíaca.

El estudio pone de manifiesto una gran diferencia de enfermos entre la provincia de Cáceres y la de Badajoz, mientras que en la primera se detectó un 9,9% de pacientes en Badajoz se registró un 46,8%, "lo que nos obliga a buscar una respuesta", según el jefe de la Unidad de Patología Infecciosa, Agustín Muñoz Sanz, quien insistió en la necesidad de "averiguar" si es que hay enfermos que no son derivados al Infanta Cristina, "porque no se diagnostican, fallecen antes o se van a otras comunidades".

Este dato y otros que han resultado de este estudio sobre la incidencia de endocarditis infecciosa en Extremadura se analizarán en la reunión científica que se celebrarán el próximo martes en Badajoz. Esta es una patología de gran importancia sanitaria por su difícil diagnóstico y porque en muchos casos necesitan tratamiento quirúrgico.

Muñoz Sanz presentó ayer el estudio junto al jefe de de Cirugía Cardíaca del Infanta Cristina, Fermín González de Diego, y ambos se mostraron a favor de elaborar un protocolo destinado a coordinar todos los esfuerzos para diagnosticar esta enfermedad y plantear al enfermo el tratamiento adecuado.

Esta patología es más frecuente en varones que en mujeres, afecta a todos los grupos de edad aunque predomina en mayores de 60 años. Muñoz Sanz hizo un llamamiento a médicos de familia, odontólogos y médicos de urgencia para que extremen las medidas profilácticas, "con el fin de evitar infecciones de las válvulas, ya que buena parte de las personas infectadas en la actualidad por endocarditis son portadoras de marcapasos, catéteres o desfibriladores implantados".

En Extremadura hay un 15% de pacientes a los que no se les diagnostica, aunque la mortalidad es notablemente menor que en el resto del país, de un 12%. El Gregorio Marañón alcanza un 26% de fallecidos.