A simple vista no es apreciable, pero en este edificio de la calle Santa Lucía, recién rehabilitado, tres de sus balcones no son reales, sino que los han pintado en la fachada imitando a los que sobresalen de verdad. La reproducción es tan fiel que solo el que entre en la vivienda lo percibirá. Eso que se ahorran en cortinas.