A un lado de la sala Jammie Thomas-Rasset, una mujer de 32 años y madre de cuatro hijos. En el otro extremo, los abogados de cuatro grandes discográficas representadas por la poderosa Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA por sus siglas en inglés). Ambas partes están a la espera de que los miembros del jurado pronuncien su veredicto. "Culpable", dicen sin piedad. La acusada deberá pagar 1,4 millones de euros por violar la ley, sentencian.

No es el guión de una película de Hollywood. Es que bajarse música de internet puede salir muy caro en EEUU. Y si no que se lo pregunten a esta mujer de Minnesota, que acaba de ser condenada a pagar una desorbitada multa por descargar 24 canciones de la red. Lo que en un principio podría haberle costado algo más de 17 euros, a 0,7 céntimos por pieza, ahora se ha convertido en la friolera de 1,4 millones de euros.

Es el primer caso que llega tan lejos en un tribunal de EEUU, y visto el resultado es más que probable que no sea el último. Las grandes discográficas del país, que estarán frotándose las manos, seguro que han tomado buena nota. En el otro lado de la barrera quedan los millones de usuarios de programas de intercambio de archivos (P2P) que quizá ahora sí se lo piensen más de una vez antes de volver a utilizar Kazaa, Emule o Limewire, por citar algunos.

UNA BATALLA "Agradecemos que el jurado se haya tomado este asunto tan en serio como lo hacemos nosotros", afirmó Cara Duckworth, portavoz de la asociación que representa a la industria discográfica, que incluso se despacha diciendo que desde el primer día se habían mostrado dispuestos a resolver el caso en otros términos. "Este juicio es solo el prólogo de lo que nos espera. Una batalla perdida, no la guerra", responde Jammie Thomas-Rasset. Su abogado ya ha anunciado un recurso contra el veredicto.

Es la segunda vez que la acusada se sienta en el banquillo, aunque la primera vez salió mejor parada. Hace tres años fue a los tribunales para hacer frente a una demanda por descargar más de 1.700 canciones. La multa prevista eran 200.000 dólares, pero el juez anuló el caso por un error de procedimiento en la instrucción. Fue su primera batalla, pero no el fin de la guerra, porque las discográficas volvieron a la carga y retomaron el caso, centradas esta vez en 24 canciones.