En la entrada de la calle Francisco Pizarro, al final de la calle Menacho, que es peatonal, existen unos pivotes colocados ahí precisamente para impedir el aparcamiento de vehículos. Sin embargo, hay días en que los pivotes están y otros desaparecen. Independientemente de su presencia, alguien se las arregla para aparcar en el hueco que queda.