THtay veces en la vida en que la providencia nos lleva en una u otra dirección sin que apenas nos demos cuenta de hacia dónde nos estamos dirigiendo. Algo así me pasó a mí en 2010, con mi entrada en la murga Pixa a la Fulaneska. El origen de mi acceso a las filas de la murga se sitúa a casi 6.000 Km de mi pueblo, Calzadilla de los Barros, y de mi ciudad, Badajoz. Mis padres se habían ido de viaje al extranjero, para celebrar sus bodas de plata, y allí, allende los mares, hicieron amistad con Diego y Gema, una joven pareja de Badajoz. Esa amistad se mantuvo ya en España, y Diego comenzó a hacer, de vez en cuando, una parada en Calzadilla cuando viajaba rumbo a Sevilla. Una de esas veces en que paró a tomar café en mi pueblo, mi padre --como cualquier padre orgulloso de sus hijos-- le mostró un DVD en el que yo aparecía cantando y tocando la guitarra en un concierto de homenaje a las víctimas del terrorismo, que hicimos con motivo de la inauguración de varios monumentos en reconocimiento de los centenares de personas víctimas de la barbarie terrorista. Entonces, Diego le preguntó a mi padre si estaría interesado en ser parte de una nueva murga que él y unos amigos estaban formando. Inmediatamente, mi padre me llamó, y me puso a Diego al teléfono. Me hizo la propuesta, y yo le dije que sí que me gustaría. Ya en septiembre, me avisó para que acudiese a uno de los primeros ensayos y, desde ahí, hasta ahora. Llegué sin conocer a nadie y, a día de hoy, considero a todos los que han pasado por las filas de la murga algo más que unos buenos amigos, porque son algo más que eso, son mi familia murguera. Es por eso que no quiero desaprovechar esta oportunidad única, y les voy a dedicar unas breves palabras a cada uno de ellos, para que ustedes conozcan también a mi familia murguera, a los que me introdujeron y me enseñaron sobre este mundillo de las murgas, al que, cada semana, dedico unas letras en este periódico.

Genios

Empezaré por uno que no canta, pero que es un artista como la copa de un pino. Se llama Arturo Lucas, y es zamorano de nacimiento, aunque está afincado en Badajoz desde hace años. Arturo es un genio. No se me ocurre otra palabra para describirlo. Escultor inmenso, de colosales y mágicas manos. Hombre noble y muy consecuente con sus ideas. Ser humano excepcional. A los mandos de la caja, está el hombre impasible, Mariano González, un auténtico crack con las baquetas, siempre eficaz y seguro en la ejecución, y febril seguidor de todo lo relacionado con el mundo de las murgas. Llegó para tocar el bombo y, por su ritmo y constancia, se hizo caja indiscutible. Al bombo, en 2011, estuvo Jose Toscano, un enamorado del carnaval en todas sus vertientes, y un manojo de nervios que, gracias a Dios, se serenaba cuando tenía que hacerlo, cuando había que poner el pulso a la actuación. En 2012, se hizo cargo del instrumento que nos ayuda a latir como grupo, el valverdeño Jesús Jorge Sánchez. Una garantía con el bombo, que, además, nos hace reír con su retranca y su humor castizo, rústico, de pura cepa. Es un músico de ciencias, que domina la física y la química del humor.

Guitarras

Las guitarras son de tres auténticos monstruos de las cuerdas: Juan Adolfo Gutiérrez, Lele Doval y Lauri Yunta. Adolfo es uno de los grandes en esto del Carnaval. Empezó en los coros con sus padres, siendo un pipiolo, y, desde entonces, ha crecido al ritmo del carnaval, hasta convertirse en una auténtica institución en este mundo. Le adorna además una virtud impagable: la humildad. Una característica que le hace aún más grande. Además de tocar la guitarra de dulce, tiene un timbre de voz finísimo, que le permite subirse a las nubes para cantar bonito, agudo y afinado. También es uno de nuestros maestros y principales letristas. Y ahí destaca por su pedagogía, y por un amor a Badajoz y al carnaval que se transluce en sus letras. Uno de los compañeros que también teje los acordes de la murga es Lele Doval. Un trotamundos que respira música. Argentino de nacimiento, y extremeño porque sí, porque ya es patrimonio de esta tierra y no nos lo vamos a dejar hurtar. Lele es templanza, finura y elegancia. Un tío sin miedo a los retos, reflexivo y reposado, que mueve los dedos por los trastes como quien acaricia a una mujer. Además, es la excusa para una de nuestras arengas cómicas en los ensayos: "¡Vaaaaamos, que se tiene que ir Lele!". Otro de los artistas, con mayúsculas, de nuestro grupo es Lauri Yunta. Nuestro flamenco, el que pellizca las cuerdas, el del duende en los adentros. De voz rota y arte en las venas, es el Badajoz Flamenco hecho carne. Un quejío en el grupo, el desgarro castizo, la raíz anclada a nuestra tierra. Pero no sólo tenemos un flamenco, porque para flamenco, flamenco, ahí está también nuestro Jose Cantero, que lo es en todas sus acepciones. Porque tiene una potente voz aflamencada, pero también porque tiene un arte y una gracia que no se pueden aguantar. Se mueve por el escenario como nadie e improvisa como el que está leyendo un guión. Aporta siempre frescura, naturalidad y un descaro genial frente al público, que nos acerca más a quienes nos contemplan y escuchan. Ese punto de desenfado, de desvergüenza sana y falta de pudor, lo tenía también uno de nuestros compañeros del primer año, Josete Hernández. Siempre quiso fundar una murga que se llamase "Decorifuerte", y suyo es el copyright (¡qué a nadie se le ocurra copiarlo!). Como lo de "Decorifuerte" no prosperó, se conformó con pertenecer a Pixa a la Fulaneska. Josete era un cachondo mental (en el mejor sentido de la palabra) al que no le daba miedo de nada, si se trataba de mejorar el espectáculo. Fue uno de los hombretones que mutó a cabaretera, para cantar finito junto a Juanvi y a mí, como el trío oh-la-la. Tres años después de su marcha, por razones laborales y familiares, seguimos echando de menos su gran sentido del humor y su compañía.

Incorporaciones

A Josete Hernández lo incorporó al grupo Juanvi Ramírez. Juanvi es un enamorado del carnaval y otro de los puntales de esta murga. Es concienzudo y, lo que se propone, lo logra. Aporta siempre una visión crítica, inconformista, imprescindible para la buena salud de cualquier grupo. Defiende a su murga con pundonor frente a quien sea. Canta, interpreta y, además, es un auténtico manitas, que domina la electrónica y la mecánica, y se mueve genial en el apartado de creación de escenarios. Si Juanvi es un virtuoso en el plano técnico y logístico, Santi Linares lo es tanto en el plano creativo como interpretativo. Santi es otro de los genios de la murga, y otro de nuestros maestros. Tiene una legión de fans que lo adoran, y esto no es por casualidad, porque, sobre el escenario, es un auténtico actor. Canta bien y sabe transmitir como nadie con un gesto o un movimiento, por leve que sea. Además, tiene una gran capacidad didáctica, de la que nos nutrimos el resto de componentes, sobre todo en lo relativo a la trasmisión con el lenguaje no verbal, con los gestos y movimientos. En el plano creativo, qué decir de él. Que es, junto a Adolfo Gutiérrez, una de las cabezas pensantes de la murga. Un letrista que escribe con la vista puesta en la escenificación, un músico con sentido del espectáculo, un tío original y creativo, que es, además, un gran luchador.

Luego tenemos, también, en las filas de la murga a un señor de los pies a la cabeza, que es Paco Bobadilla. Por encima de todo, Paco es una bellísima persona. Luego, le adornan otras virtudes, como su descacharrante sentido del humor o su formalidad. Pero, por encima de todo, es un tipo estupendo. Además, es una de nuestras voces bajas y da gusto oírlo cantar, y también contar chistes. Consigue transmitir mucho sin ser histriónico, desde la austeridad gestual y la contención en los movimientos. Y, además, desde hace un par de años, lleva las cuentas de la murga, lo que exige templanza y claridad de ideas. En esta labor vino a suceder a nuestro Juan Mendoza. Otra excelente persona, que salió al escenario con nosotros tanto en 2011 como en 2012. Juan empezó en el carnaval con Adolfo, en el coro Los Belloteros, por lo que sabe de esto, y mucho... Aparte de cantar bien, ser un cachondo mental y un hombre de orden, es un tío con un corazón que no le cabe en el pecho de grande. Se le echa de menos en el teatro y en los ensayos, pero consuela saber que, siempre que lo necesitamos, está ahí, a nuestro lado. Como lo ha estado este año David Falero, otro buen amigo que, a pesar de no poder salir en 2014 con nosotros, por motivos personales, ha estado siempre cerca para lo que lo hemos requerido. David es otro genio de la interpretación, con años de carnaval a las espaldas. Se mueve con soltura envidiable sobre las tablas, sabe improvisar como pocos, y canta y actúa genialmente. Además, escribe afilado y afinado, siempre con un estilo crítico, inconformista y reivindicativo.

Orígenes

El origen de los miembros de nuestro grupo es variado, porque lo formamos gentes de aquí y de allá, de diferente condición y procedencia. Como Jesús Jorge, Víctor Asensio es de Valverde de Leganés. Víctor es un músico como la copa de un pino y tiene una creatividad traviesa y picarona, que deja fluir tanto cuando actúa, como cuando se pone a escribir. Muchos conocen su vena musical, pues es uno de los puntales de un grupo tan importante como Acetre. Pero no tantos conocen esa vertiente juguetona, que deja salir cuando está con su murga, en los ensayos o sobre el escenario del López de Ayala. Sus inolvidables "boyangadas" ("jodiuras", en voz valverdeña) nos hacen reír siempre. A mitad del camino que hemos recorrido como murga, se incorporaron tres nuevos miembros de esta familia murguera que es Pixa a la Fulaneska. Ellos son Emilio Valor, Jose Linares y Pedro Hereda. Los tres tienen una experiencia notable en el plano carnavalero, ya que formaron parte de otras agrupaciones murgueras, y eso les hace tener tablas sobre el escenario. Emilio es un tío apasionado, voluntarioso y sacrificado, que rasca tiempo de donde no lo tiene para ofrecérselo a su murga. Se mueve como pez en el agua en lo relativo a la logística, y en el grupo cumple siempre con lo propuesto. Es guasón y, utilizando una expresión muy suya, un auténtico "megacraken". Pedro es un verdadero manitas. Además de cumplir en lo vocal e interpretativo, aporta un valor añadido, que es su creatividad y capacidad de ejecución con los más variados materiales, con los que es capaz de hacer pequeñas y sorprendentes obras de arte. Jose Linares tiene también una mente inquieta y despierta, y es bastante versátil. Lo mismo te diseña un traje, que te maquilla, que canta o actúa. Tiene un sentido del espectáculo y de lo teatral muy parecido al de su primo Santi. Canta agudo e interpreta con la naturalidad que confiere el haberse desarrollado como clown y como actor en obras de teatro. Diego García fue quien me llamó para la murga. Sin conocerme, me llevo con sus amigos, y me presentó a la murga, por lo cual le estoy muy agradecido. Aunque sólo salió al escenario en 2012, colaboró con el grupo en la creación del escenario de cabaret y también en el del propio año 2012. Diego es un gran emprendedor, que alumbra proyectos siempre exitosos. Y su personalidad es fiel reflejo de esa ambición del que emprende y quiere comerse el mundo, sin miedo a los riesgos del mercado, ejemplo del ser de esos luchador que se levantan y se lanza al trabajo sin horarios. Esas características se vieron reflejadas, sobre todo, en su afán por hacer escenarios que apabullasen al público por su grandiosidad.

Más nuevos

Y este año tuvimos dos nuevas incorporación, las de Pedro Rodríguez y Paco Cantero, dos nuevos amigos que traían en la mochila la ilusión de quien inicia una aventura. Llegaron con ganas de conocer mejor este mundillo, y de disfrutar de una manera distinta de vivir el carnaval. Y creo que, con nosotros, lo han conseguido.

Finalmente, en el apartado de colaboradores de la murga, tampoco quiero olvidarme de nadie. Y, en este sentido, me gustaría tener un especial recuerdo para Tania Bernáez y Elia Ortiz, por prestarnos su arte al piano y contrabajo para nuestro cabaret del año 2011. Para Pedro Ramírez, que nos ha ayudado a construir y montar los decorados, siendo, además, nuestro técnico de luces en el escenario. Para esa artista del maquillaje que es Pepa Casado, por caracterizarnos cual actores de cine o teatro. Para Teresa Flores, por regalarnos sus magníficos diseños de vestuario en 2011 y 2012. Para Javi García, que echó una buena mano con el apartado de electricidad en 2011, y para Api Hernández, que nos ayudó con el montaje de escenario ese mismo año. Para Nuria, Mónica y Alba, que nos echaron una mano con el maquillaje de estos años. Para Malule Mendoza, por prestarnos su arte en la costura, por confeccionar magistralmente parte de nuestro disfraz de 2014. Para Pedro Panizo, Diego García padre, Emilio Durán, Emilia Rodríguez, y Vito de gimnasios Record, por cedernos sus garajes y salones, para ensayar, construir el escenario o lo que se terciara. Para Puri Hernández y Yolanda Linares, por su colaboración para perfeccionar los disfraces y aderezarlos con precisos complementos. Para Joaquín del mesón "Sierra Jerez" y José y Tamudo, del restaurante-mesón "Cisneros", por prestarnos sus locales, por ayudarnos a hidratar nuestras gargantas y nutrirnos como es debido. Para Luis Soriano, Enrique Vidarte y José Antonio Almeida, por sus maravillosas fotos. Y, en último lugar --y no por ello menos importante- para toda nuestra afición, y muy especialmente para Isabel González, Lola Zahíno, Gema Martínez, María de la Gala, y la pequeña Sandra, por ser nuestras más fieles seguidoras.

¡Gracias, de corazón, a todos, por estos años! ¡Y que viva el Carnaval de Badajoz!