El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, con el delegado del Gobierno, Oscar Baselga, y buena parte de la corporación municipal, inauguró ayer las obras ya terminadas de la plaza Alta, como los 3.050 metros de pavimento y la Escuela de Hostelería, quedando abierta al tráfico de personas y de vehículos y unida a la vía rápida, al haber señalizado la calzada con bolos.

Celdrán afirmó que "hoy es un gran día, al ver que la plaza Alta va tomando forma y va siendo lo que los pacenses demandaban". El piso es de cuarcita de Olmedo y granito de Villar del Rey, y las farolas de fundición. El coste ha sido de 636.000 euros (106 millones de pesetas; 75 del Plan Urban y el resto del ayuntamiento).

NORTE Y SUR DE LA CIUDAD

El alcalde dijo que la plaza comunica el norte y el sur de la ciudad y que es importante para dar salida al casco antiguo.

Celdrán invitó a los ciudadanos a "que vengan a ver de noche la plaza, después de la imagen triste que presentaba", y agradeció a la Junta el ritmo que ha dado a la rehabilitación de las casas coloradas. En breve comenzará la restauración del antiguo ayuntamiento, de las casas mozárabes y de las viviendas de los soportales a ambos lados del Arco del Peso , así como se realizan los proyectos de otras de la calle San Lorenzo.

Para el alcalde, la rehabilitación del casco antiguo "ya no es cuestión de fe, sino de fechas". Asegura que se ha invertido el proceso y, aunque no se atrevió a dar una fecha límite, dijo que espera que estén todas las obras terminadas en dos años.

El portavoz socialista, Eduardo de Orduña, señaló que "podremos disfrutar la plaza, pero queda muchísimo por rehabilitar. Es hora de hacer un plan que coordine todas las obras y su temporalización; con la intervención de la Junta en la alcazaba, estamos en el buen camino".

El presidente de la asociación de vecinos del Casco Antiguo, Pedro Alfaro, afirmó que "ahora se podrá visitar la plaza, pasear y subir en coche e ir hasta el aparcamiento de Montesinos, aunque queda mucho por hacer, se van haciendo las cosas".